¿Qué pasaría si la anunciada muerte del fútbol de clubes se convirtiera en una falsa profecía? Vilipendiada por su parecido apenas disimulado con la Superliga a la que, sin embargo, se opone oficialmente, la nueva fórmula de la Liga de Campeones llevada por Aleksander Ceferin está, poco a poco, consiguiendo que todos estén de acuerdo. Ciertamente, la UEFA ha facilitado su tarea intercalando el otoño con parones internacionales dedicados a la sucia Liga de las Naciones, cuyo único mérito es precisamente sublimar todo lo que puede alejarnos de ella, por tanto la Ligue 1, pero también la LoC.
Pero a mitad de la fase del campeonato C1, hay que reconocer que las dudas que suscitaron el incomprensible empate y los caminos dispares de cada partido se han disipado para dar paso a un espectáculo, de momento, agradable. Sobre todo si se observa la situación desde el prisma de los muy buenos campos franceses, a excepción del PSG que ya se juega la vida en Múnich, pero más bien como el Brest, que viaja esta tarde al Camp Nou.
Los pequeños nunca habían molestado tanto a los grandes
Marcada por el éxito abrumador del Bayern ante el Dinamo Zagreb (9-2), todavía en buena forma, la primera jornada no auguraba nada bueno para los clubes pequeños. Pero como suele ocurrir en las series bien elaboradas, el primer episodio está ahí para preparar la escena y tuvimos que esperar al siguiente para disfrutar de los placeres de la historia. Brest que aplasta al Salzburgo, Lille que enfría a la Real, Unai Emery golpea al Bayern con el Aston Villa en el buen recuerdo del PSG, Benfica que atomiza al Atlético 4-0… Inédito desde la Boda Roja. A esto se suman los equipos capaces de resucitar de un partido a otro y viceversa: Zagreb injugable desde el principio contra el Bayern, los bávaros al final menos fuertes de lo que pensábamos, un Stuttgart absolutamente inútil que se despierta para buscar los tres puntos en la Juventus. Quién sabe, incluso el OM algún día podría sumar puntos en esta competición.
El ganador tiene acceso ilimitado al perdedor.
Presentada como EL gran punto débil de la fórmula por su ataque a la equidad entre los equipos, la abolición del sistema de ida y vuelta ofrece en realidad a los enfrentamientos un sabor incomparable. En caso de victoria, los partidarios del primero tendrán acceso ilimitado al segundo hasta nuevo aviso. Por ejemplo, en sólo dos partidos, los aficionados del Losc ganaron una entrada para burlarse de toda la ciudad de Madrid a la espera de volver a cruzarse con el Real y el Atlético. Los Brestois ya esperan con ansias su incorporación al círculo el 29 de enero, tras la recepción del Merengue en Roudourou.
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El PSG nos hace reír incluso a principios de temporada
Una fórmula de 36 equipos que garantiza la clasificación a 24 de ellos, un sistema construido por los poderosos y para los poderosos. Es imposible, en tal configuración, que un gran club se quede en el camino al final de la fase liguera. Imposible, salvo para los reyes del entretenimiento en Europa, el Paris Saint-Germain. Después de cuatro jornadas, los de Luis Enrique están en condiciones de quedar eliminados si no despiertan rápido. Problema, viajan al Bayern y recibirán al Manchester City en su último partido en casa. En París, ¿será enero el nuevo marzo?
El multiplex extremo del último día.
29 de enero de 2025. Anote la fecha. No, este no es el nuevo plazo para la humanidad anunciado por el calendario maya. Aunque, dada la situación actual, bien podría ser así. En este caso, se trata de la fecha del multiplex de la última jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones. TODOS jugarán al mismo tiempo, 18 partidos que será absolutamente imposible seguir simultáneamente, entradas para el 8º y los play-offs rascables, drama, en definitiva, un bazar digno de los mayores juegos de Super Smash Bros para un final. en apoteosis. No, de verdad, nos retractamos de lo que dijimos Aleksander. Gracias por el trabajo.
Lo malo: el Real Madrid ganará al final.
No se dejen engañar por el puesto 18 provisional del Merengue, buscarán un lugar en los octavos de final a finales de enero y ganarán como es habitual a finales de primavera. Y el calendario lastrado por la nueva fórmula del C1 puede hacerle cosquillas al isquion a Vinicius, que a su vez se queja de que los “ritmos infernales” no cambiarán nada. Pero buen intento, Aleksander. Quizás Gianni Infantino y su nuevo corte de espuma consigan dar el golpe final, quién sabe.