ENTREVISTA. “Después del directo, reímos, bailamos”: Antoine de Caunes cuenta entre bastidores la agitada historia de Canal+

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Antoine de Caunes, presentador, actor y cineasta, es también uno de los pioneros de Canal +, que celebra su 40º aniversario el 4 de noviembre. Nos lleva entre bastidores de la historia de este canal que impuso un nuevo modelo e inculcó, durante mucho tiempo, un nuevo tono en el panorama audiovisual francés.

El 4 de noviembre de 1984 llega a la pequeña pantalla un nuevo concepto con Canal + ¿Cuáles son los motores de este proyecto?

François Mitterrand concede a André Rousselet una concesión para crear el primer canal de pago en Francia. La idea es ofrecer cine, deporte y una parte gratuita, el escaparate, para que la gente quiera suscribirse.

Pero al principio es un poco caótico… Es la primera vez que un nuevo canal privado ve la luz en Francia. Necesitamos decodificadores para tener acceso a él, pero durante un tiempo hubo todo un lío técnico.

A esto se suma el hecho de que Mitterrand anunció que iba a liberalizar las ondas y por tanto llegarían muchos canales gratuitos. Lo que hace que la gente esté aún menos dispuesta a suscribirse….

Los comienzos son complicados, no sucede de la noche a la mañana. El primer éxito del canal se debe a las películas de “pelotas” de 1986.

¿Qué recuerdos tienes de tus primeros pasos en este canal, del que eres uno de los pioneros?

Estuve por primera vez en Canal en 1984 durante unos meses. En la primera programación del canal, tengo un programa diario llamado “Especialmente por la tarde”, todos los días en vivo con mi amigo Gilles Verlant (fallecido en 2013, N.D.), hablamos de cine, música, literatura, moda, de todo. eso conforma la cultura pop, mi caballo de batalla en ese momento.

Pero los comienzos son tan complicados que la dirección, Lescure y De Greef tienen que revisar su copia y rehacer una nueva grilla, más sencilla y menos costosa. Luego lo dejé para hacer algunos “Enfants du rock” y una colección de programas de radio en Estados Unidos, “Marlboro Musique”. Luego regresé al Canal en 1987.

Luego toma el relevo de Les Nuls, que acaba de dar un nuevo tono a la pequeña pantalla.

Les Nuls hicieron la primera temporada de “Nulle Part Else” y después de un año se cansaron del trabajo diario porque les llevaba bastante tiempo.

Luego, De Greef intenta reconstituir otro cuarteto de comediantes con Karl Zéro, Peter Stuart, Gilles Verlant y My Apple, se llama PAKG, nuestra misión es hacer publicidad falsa y parodias en el espíritu de Dummies. Luego, bastante rápido, De Greef me pide que se le ocurra una idea para presentar al invitado de “Nowhere Else”, será un monólogo introductorio.

Canal Plus celebra su 40 aniversario.
Fotografía digital – Vincent Capman

También intentamos muchas cosas para terminar el espectáculo, volviendo al invitado, con panegíricos, esquelas falsas, pero no funciona muy bien. Y entonces un día me disfrazo, nos hace reír a todos y empieza así…

Entonces surge este primer dúo que marca los espíritus, el que formas con Philippe Gildas.

Los papeles están repartidos, Philippe es “Mr. Leal”, yo soy su payaso blanco. A él le corresponde jugar la carta seria, las entrevistas, yo me ocupo de hacer reír a la gente. Rápidamente nos damos cuenta de que nos complementamos perfectamente. Nos llevamos muy bien, nos hacemos reír, la química funciona…

Estos años del Canal estuvieron marcados por la muerte de Bruno Carrette en 1989. André Rousselet alquiló un avión para que los equipos pudieran asistir a su funeral. Esto dice algo sobre el espíritu que luego reina en esta cadena.

Absolutamente, ya existía ese espíritu familiar, tribal, éramos todo un grupo, todos éramos muy unidos y eso también le daba el encanto particular a la antena en aquella época, la gente de la misma generación se divertía trabajando con un herramienta que permitió muchas cosas. Un auténtico laboratorio (del que surgirán numerosos artistas, desde Jamel Debbouze hasta los Deschiens, pasando por los Robins des bois, Omar y Fred, nota del editor).

Era un lugar donde podíamos intentar hacer televisión de manera diferente, con un estado de ánimo muy diferente.

Como Canal fue creado por gente que venía de la televisión, no era tan común en este ambiente, siempre eran tecnócratas los que se hacían cargo pero no sabían hacer televisión.

Y crecimos con la misma música, las mismas películas, la televisión inglesa y estadounidense, Saturday Night Live. Eso es lo que marcó la diferencia. Es un cierto acercamiento a la televisión, al entretenimiento, superando los límites.

Esto también se debe a la relación que tienes con tus jefes, Lescure y De Greef…

Sí, no existía en absoluto esa relación que habíamos conocido en el trabajo antes, donde estábamos tratando con adultos, personas serias y responsables que me toleraban hacer música rock mientras ellos no tenían nada que ver con eso.

Allí, de repente, me encontré con personas que entendían lo que quería decir y cuyo idioma yo entendía. Ahorramos mucho tiempo…

Canal también es conocido por sus fiestas y esto no es sólo una leyenda. Dominique Farrugia me dijo que esto formaba incluso parte de las cláusulas del contrato de “Les Nuls l’Emission”…

Estaba en la cultura del canal y de la época (sonrisa). Hubo un lado muy festivo. Recuerdo muy bien las fiestas de “Dummies, the show”. Hubo una actuación en vivo y luego, después de una velada en la que reímos y bailamos, fue una alegría inmensa.

Antoine de Caunes celebra los 40 años de Canal+

Uno de los hitos del canal es también este nuevo dúo que entonces formaste con José García, visto cuando él se encargaba de calentar a la audiencia. ¿Cómo trabajáis juntos?

Los textos de nuestros personajes, la matriz, están escritos por Laurent Chalumeau, pero yo aporto mi granito de arena. José descubre los personajes que interpretará esa misma noche, generalmente 3 horas antes de la emisión.

Esto es lo que hace que el ejercicio sea tan especial. Da una frescura, una inocencia bastante notable, con los riesgos de estar en vivo. Es decir todas las trampas posibles e imaginables que le tendí para divertirme (risas)

Esta complicidad todavía se puede encontrar hoy…

Sí, con José es vida o muerte. Y siempre nos divertimos creando nichos cada vez que podemos…

Hasta el punto de ofrecer a Philippe Gildas una última broma el día de su funeral…

José García apareció vestido todo de blanco como un guapo enfermero, con “mamá”. Le dije que era el código de vestimenta… Estaba muy enojado conmigo.

Su revista “Vieux”: “Por primera vez en mi vida sé de lo que hablo”

el la llama “mi viejito”. Conocíamos al periodista, al presentador, al actor, al director, al autor… Aquí está el jefe de redacción. Desde el pasado mes de mayo, Antoine de Caunes dirige la nueva revista trimestral “Vieux”, dirigida a todas las personas mayores y futuras. El público objetivo es, por tanto, bastante amplio… “Y funciona muy bien, – confiesa Antoine de Caunes. Esto lo lanzamos un poco con espíritu de fanzine, con una economía ligera y sin saber muy bien cómo iba a ser recibido con este título un tanto “provocativo”. Fue un éxito con el número 1. Estamos encantados. No esperábamos eso en absoluto”.
¿Su análisis? “Parece ocupar un espacio que hasta entonces estaba vacío, él explica. Hablamos de edad, de transmisión, y sin falso pudor, sin coquetería tampoco. Y luego llamar a las cosas por su nombre. Un anciano es un anciano, no es un anciano, no es maduro, no es una tarjeta bermellón, es un anciano. Yo también soy un anciano porque he superado la marca de los 70 años. ¡Así que por primera vez en mi vida sé de lo que estoy hablando!

Muchas figuras de Canal + abandonaron posteriormente el canal durante la era Bolloré, siendo blanco de numerosas críticas. Elegiste quedarte. Para qué ?

Porque este canal es parte de mi ADN, como yo soy parte de él y tengo unos hábitos de trabajo y una libertad en Canal que me cuesta imaginar en otros lugares. Personalmente, nunca he tenido que sufrir la gestión de Bolloré.

Seguí haciendo espectáculos, incluso programas muy experimentales, como “La Galia de Antoine”, durante tres años. No podría haberlo hecho en ningún otro lugar. Entonces estoy en Canal y no pienso mudarme allí.

Pero ¿qué queda hoy del espíritu original del Canal?

Muchas cosas. Queda en la creación original el gusto por el riesgo, cuando hacen series como “D’argent et de sang”, o “La Fever”. Hay algunas series bastante radicales que no me imagino viendo en ningún otro lugar.

Están todos los programas cortos, con las nuevas generaciones de comediantes, Bertrand Usclat, Kyan Khojandi… Está lo que hace Mouloud Achour, que da voz a personas que no pueden ser escuchadas en otros lugares. Siempre está Grosland. Me encuentro allí.

Se ha transformado, evidentemente, estamos mucho más cerca, hoy en día, de una plataforma que de un canal de televisión, como entonces. Pero, para mí, los fundamentos creativos siguen ahí.

¿No te pierdes los Guignols de la actualidad?

Sí, lamento que ya no existan los Deschiens también. No soy yo quien toma estas decisiones económicas e industriales. Las mejores cosas se detienen y llegan a su fin. Cuando llego al final de una serie y no se renueva, no me importa. Es parte de las reglas del juego.

¿Realmente mantienes total libertad de tono y acción en lo que a ti respecta?

Sí, hago la televisión que quiero hacer. Tengo total libertad de movimiento.

Con la anunciada desaparición de C8 de TNT, por decisión de Arcom, Cyril Hanouna anunció que permanecería en el grupo Canal +. ¿Cuál será su lugar?

Ni idea, no sé si llegará al Canal o no, no está anunciado, al menos de momento. Estoy en este buque insignia de Canal +, hay otras empresas del grupo con las que no tengo ningún vínculo ni relación particular.

¿Cómo será la velada especial que organizarán este 4 de noviembre para apagar las velas número 40 de Canal?

Recurrimos a muchos talentos de la cadena, desde Mathieu Kassovitz hasta Stéphane De Groodt, pasando por Doria Tillier, Florence Foresti, M. Poulpe y muchos otros, para realizar muchos pequeños magnetos. Es una especie de canal de repetición.

No es en absoluto un programa de “Hijos de la televisión” en el que abrimos armarios y revisamos archivos antiguos. La idea no es en absoluto hacer algo nostálgico “mira qué bonitos éramos y qué bonitos seremos”. Es un espectáculo moderno y alegre, con talentos en activo que aportan ideas divertidas.

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