Arnaud Lagardère o la larga caída de un heredero del capitalismo francés

Arnaud Lagardère o la larga caída de un heredero del capitalismo francés
Arnaud Lagardère o la larga caída de un heredero del capitalismo francés
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En la historia reciente del capitalismo francés, la caída de Arnaud Lagardère no parece tener equivalente. Después de perder el control del grupo que lleva su nombre Vivendi de Vincent Bolloré, en noviembre de 2023, Arnaud Lagardère había “salvado” su silla de director ejecutivo. Menos de seis meses después, se vio obligado a abandonar sus funciones. Este martes, Lagardère anunció la noticia en un comunicado de prensa. Esto se debe a la acusación de su director en el contexto de investigaciones sobre la financiación de gastos personales por parte de sus empresas.

Como parte de esta acusación, “Se ha dictado medida provisional que prohíbe la gestión” contra Arnaud Lagardère, que “le obliga a dimitir de sus mandatos ejecutivos dentro del grupo”, especifica la misiva. En este comunicado de prensa se especifica que el ahora ex-CEO impugna esta decisión, “contra el cual apelará”. Los directores de Lagardère precisan que “nos reuniremos muy pronto para hacer todos los arreglos provisionales necesarios” para’“garantizar la buena gobernanza” de la sociedad. También recuerdan que Arnaud Lagardère “se beneficia de la presunción de inocencia, una acusación no prejuzga en modo alguno el resultado del procedimiento”.

La decadencia de un imperio

Arnaud Lagardère fue acusado el lunes. Se enfrentó a preguntas de jueces de instrucción financiera en el marco de una investigación judicial abierta por la Fiscalía Nacional de Finanzas (PNF) en abril de 2021. Esto se produjo a raíz de una denuncia del fondo activista Amber Capital, que lleva mucho tiempo en la capital de Lagardère mientras denunciando ferozmente la gestión de su jefe, un informe de la Autoridad de los Mercados Financieros (AMF), así como un informe del Consejo Superior de la Oficina de Auditoría (H3C), indica una fuente judicial alAFP. Precisa que Arnaud Lagardère es sospechoso de haber “financia su estilo de vida y sus gastos personales recurriendo a los fondos de sus empresas Lagardère SAS y Lagardère (LCM)” entre abril de 2009 y diciembre de 2022.

Este episodio es el último de un largo camino de cruz para Arnaud Lagardère. Desde que tomó las riendas del imperio familiar construido por su padre, Jean-Luc Lagardère, fallecido en 2003, la trayectoria de su grupo ha sido la de un descenso interminable a los infiernos. Arnaud Lagardère es criticado por haber desmantelado este buque insignia industrial mediante ventas e inversiones fallidas. Prueba de ello es su facturación, que aumentó de más de 12.000 millones de euros a 8.000 millones de euros en 2023.

Las dificultades financieras de Arnaud Lagardère

De hecho, el grupo se ha reducido significativamente, sobre todo después de la tan publicitada venta de su participación en EADS (hoy Grupo Airbus), fundada por Jean-Luc Lagardère, o incluso en Canal+, sin olvidar la venta más reciente de la revista. Ella.

Al mismo tiempo, ciertas inversiones, particularmente en el deporte, han resultado desastrosas. En 2010, siete años después de que Arnaud Lagardère se hiciera cargo del grupo, éste abandonó el prestigioso CAC 40. Del creciente imperio de Jean-Luc Lagardère, sólo quedan tres negocios: “Editorial”, con la pepita Hachette, “Travel Retail”, con la dirección de tiendas en estaciones de tren y aeropuertos, así como en los medios de comunicación (El JDD, Europa 1 Y Partido de París).

La reducción del grupo fue pareja al empeoramiento de la situación financiera de Arnaud Lagardère. A mediados de la década de 2000, pidió dinero prestado para aumentar su participación en la empresa. Su objetivo era entonces duplicar su participación, que inicialmente ascendía al 5%. Pero esta operación se realizó a un precio elevado: en 2006, la acción cotizaba entre 50 y 60 euros, antes de perder la mitad de su valor entre 2007 y 2008, alcanzando hoy los 21 euros. El holding personal de Arnaud Lagardère, muy endeudado, se vio presionado por sus acreedores. Frente a valores cuyo valor se había desplomado. Algunos lamentaron luego el impacto de esta situación financiera en la gestión del grupo. El fondo Amber Capital, por ejemplo, critica desde hace tiempo la política de pago de dividendos de Lagardère, considerada demasiado generosa a la vista de sus resultados.

En este contexto, el año 2016 marca un punto de inflexión para Lagardère. El fondo Amber Capital entra en el grupo, convirtiéndose en su primer accionista. ¿Su objetivo? Poner fin al reinado de Arnaud Lagardère. Amber se lanza entonces a una cruzada para poner fin al régimen muy protector del heredero: el del patrocinio, que le permite controlar su grupo al poseer sólo un poco más del 7% del capital. Amber inicia maniobras agresivas para transformar Lagardère en una sociedad anónima tradicional.

Los ataques de Amber Capital arrojan dura luz sobre la fragilidad de Lagardère y las dificultades financieras de su líder. Lo que abrió el apetito de otros grandes nombres del mundo empresarial. A partir de 2020, dos de las mayores bestias del capitalismo francés se invitan a la batalla. Por un lado, está Vincent Bolloré, que entró en la capital de Lagardère a través de Vivendi y acabó uniendo fuerzas con Amber Capital. Por otro lado, está Bernard Arnault, el jefe de LVMH, que ha ocupado cargos en el holding de Arnaud Lagardère y en su grupo. Este feroz enfrentamiento culmina, en la primavera de 2021, con el fin del sistema de patrocinio que protegía a Lagardère contra las adquisiciones de accionistas.

Finalmente fue Vincent Bolloré quien ganó el premio. El 21 de noviembre, su grupo mediático, Vivendi, anunció que tomaba definitivamente las riendas de Lagardère. La operación se produce tras negociaciones con las autoridades de competencia y la venta de Editis, para evitar la creación de un monopolio editorial con Hachette. Arnaud Lagardère había logrado conservar, al menos durante algunos años, la cabeza de su grupo. Pero su futuro como líder del imperio familiar está ahora más amenazado que nunca.

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