Después de un año muy agitado, 1999, marcado por frecuentes episodios de fuertes vientos, fuertes lluvias e inundaciones, una depresión explosiva azotó a Francia. EL meteorólogosmeteorólogos Había previsto la llegada de vientos tormentosos en la mitad norte de Francia, pero en aquel momento, los avisos informe meteorológicoinforme meteorológico no existía y las previsiones no eran tan precisas. Durante este periodo navideño, muchos franceses no habían seguido las “noticias” por televisión (Internet apenas comenzaba, sin ser aún popular). Allá tormentatormenta Lothar fue, por tanto, una sorpresa terrible para muchos franceses: el viento soplaba a más de 100 km/h en casi toda Francia y hasta 180 km/h localmente. La región parisina vivió una auténtica pesadilla: 173 km/h en Orly y 169 km/h en París, ¡impensable!
Unos días antes del año 2000, algunos franceses admitieron haber creído estar presenciando… el fin del mundo. Los bosques del norte de Francia quedaron devastados y muchas escuelas y empresas tuvieron que cerrar durante varias semanas. Lothar provocó la muerte de 30 personas.
Una segunda tormenta a más de 200 km/h
Pero los últimos días de 1999 dieron un giro aún más increíble: al día siguiente, una segunda tormenta, Martin, azotó el país. Esta vez es la mitad sur la más afectada. La tormenta azota primero Bretaña y luego desciende hacia el suroeste. Los vientos son dignos de los de un huracán de categoría 3: de 150 a más de 200 km/h. Registramos 205 km/h en Mandelieu-La-Napoule y 198 km/h en la isla de Oléron. Un total de 92 personas perdieron la vida durante estas dos tormentas.
Un documental del INA sobre las dos tormentas de 1999. © INA Société
Los vientos, aunque previstos por Météo France, estaban muy subestimados: las previsiones preveían entre 130 y 150 km/h. Météo France tuvo que enfrentarse a graves acusaciones y admitió, en su momento, que el “dSe ha subestimado el desarrollo explosivo de las depresiones. »: la corriente en chorro era abrumadora en el momento de las dos depresiones y provocó una aceleración sin precedentes de los vientos.
Esta catástrofe meteorológica sigue siendo la más mortífera registrada en Francia continental, aparte de la ola de calor de 2003. A raíz de estas “tormentas del siglo” se crearon las primeras alertas meteorológicas en Francia, con la llegada de la vigilancia de Météo France desde 2001. Si hubieran existido alertas meteorológicas en ese momento, casi toda la mitad norte habría sido puesta en alerta roja el 26 de diciembre, y casi toda la mitad sur el 27 de diciembre.
Los daños no se habrían evitado, pero el costo humano sin duda habría sido muy diferente.
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