Ante el riesgo de degradación monetaria que plantea la deuda estatal, los metales preciosos y las criptomonedas se perfilan como un refugio seguro.
A medida que se intensifican las incertidumbres económicas y geopolíticas, la inflación podría volver a amenazar las carteras de inversión. ¿Cómo preservar su capital ante esta erosión monetaria? El oro y la plata, con sus propiedades únicas, reafirman su papel como activos preferidos en tiempos turbulentos.
La inflación, caracterizada por un aumento general de los precios, reduce gradualmente el poder adquisitivo de los hogares. Políticas económicas, como las impulsadas por la administración Trump (barreras arancelarias y políticas migratorias), o fenómenos estructurales como el envejecimiento demográfico y el aumento de la demanda energética, alimentan este fenómeno. En este contexto, queda una pregunta clave: ¿dónde invertir su dinero para proteger su valor?
Históricamente, el oro y la plata han demostrado ser eficaces como cobertura contra la inflación. A diferencia de las monedas fiduciarias, cuya creación es ilimitada, estos metales son raros y su suministro depende de los recursos naturales. Esta escasez, combinada con una demanda constante, garantiza su estabilidad a largo plazo.
- Oro: un refugio seguro esencial – El oro es apreciado por los bancos centrales, los inversores y la industria. Alrededor del 40% del oro mundial se conserva con fines de inversión o reserva, mientras que el 50% se utiliza en joyería y el 10% en sectores tecnológicos. Conductor eléctrico ideal y resistente a la corrosión, se utiliza en diversos campos: electrónica, aeroespacial e incluso medicina.
- Plata: un metal versátil – La plata, más accesible, destina el 50% de su producción a la industria, en particular a los paneles solares, las baterías y los dispositivos electrónicos. Su papel en las energías renovables y la transición ecológica refuerza su atractivo. El resto se reparte entre joyería (25-30%) e inversión (15-20%).
Los metales preciosos se distinguen por su diversidad de usos. Además de proteger las billeteras, apoyan la innovación en sectores esenciales. Por ejemplo, el oro se utiliza en los satélites por su capacidad de reflejar el calor, mientras que la plata es crucial para fabricar paneles solares. La demanda de instalaciones solares podría acelerarse drásticamente y hacer subir los precios de la plata. La relación oro/plata se sitúa actualmente en torno a 84 veces, frente a 65 veces en el pico de 2020. Si el desequilibrio entre oferta y demanda empeora, podría surgir un escenario como en 2020 y el precio de la plata podría superar fácilmente los 40 dólares por onza (es decir, +. 29% por encima del nivel actual).
Metales preciosos versus Bitcoin: la batalla de los refugios seguros
Bitcoin, a menudo denominado “oro digital”, también atrae a inversores que buscan activos no correlacionados con los mercados tradicionales. Sin embargo, persisten diferencias importantes:
- Estabilidad: A diferencia de los metales preciosos, Bitcoin es extremadamente volátil, lo que lo hace menos adecuado para la preservación de su valor. El dinero, que ya se considera un activo volátil con una amplitud mensual del 10% al 30%, sigue sin embargo muy por debajo del bitcoin, cuya volatilidad oscila entre el 60% y el 100%.
- Regulación y adopción: Si el oro se beneficia de un mercado estructurado y estable, Bitcoin sigue influenciado por decisiones regulatorias y movimientos especulativos. La elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos y sus promesas de desregulación financiera han contribuido al aumento de las criptomonedas, incluido el bitcoin. Tocó la marca de los 100.000 dólares por primera vez el 5 de diciembre (+50% desde el 5 de noviembre).
Así, el oro y la plata conservan su estatus de refugios seguros tradicionales, mientras que Bitcoin sigue apareciendo como un activo especulativo.
Perspectivas de futuro: el oro en el centro de la diversificación
En un contexto geopolítico tenso, los bancos centrales de los países no pertenecientes a la OTAN están aumentando sus reservas de oro, diversificando sus tenencias lejos de monedas tradicionales como el dólar o el euro. La congelación de las reservas de divisas rusas fue un shock eléctrico para los países no aliados de Estados Unidos. Esta tendencia refleja una búsqueda de estabilidad frente a las incertidumbres económicas globales.
Se espera que los precios del oro y la plata continúen creciendo ante la caída de los inventarios. La mayor parte de la plata proviene de la refinación de cobre, oro, plomo y zinc. Sin embargo, la producción de estos minerales ha tendido a disminuir en los últimos años debido a la falta de inversión en exploración y producción.
Al mismo tiempo, la valoración de las minas de oro es atractiva y los flujos de caja han aumentado claramente desde el segundo trimestre de este año. Cuanto más se aprecia el precio del oro, mayor será el apalancamiento operativo de las acciones mineras. Los múltiplos de valoración actuales no reflejan la salud de las empresas sino un descuento por errores pasados y temores sobre el aumento de los costos de extracción.
Hoy en día, los márgenes EBITDA promedian alrededor del 35%. Se espera que el crecimiento de las ganancias netas sea de dos dígitos en 2025. La mayoría de los analistas han valorado a las empresas mineras con un precio promedio del oro muy por debajo del precio actual. Sin embargo, estos deberían beneficiarse de volúmenes de producción más estables y mayores y de un mejor control de costos.
Conclusión: un aliado contra la inflación
Al combinar seguridad, utilidad industrial y escasez, los metales preciosos están emergiendo como opciones acertadas para enfrentar la inflación y la agitación económica. Si la innovación financiera, encarnada por Bitcoin, ofrece nuevas perspectivas, el oro y la plata siguen siendo pilares esenciales para proteger y diversificar las carteras.
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