La exploración de recursos energéticos subterráneos constituye una cuestión estratégica importante para los países que buscan la independencia económica. El gas natural, un recurso energético muy apreciado en el escenario mundial, representa un considerable potencial de desarrollo. Para Marruecos, sin embargo, esta ambición se topa con realidades decepcionantes, marcadas por un ritmo tímido de exploración y perspectivas inciertas.
A pesar de las importantes inversiones en el sector de los hidrocarburos, el reino de Shereef lucha por hacer realidad sus ambiciones gasísticas. Las cifras reveladas por el Tribunal de Cuentas ilustran elocuentemente esta realidad: la densidad de perforación apenas alcanza los cuatro pozos por cada 10.000 kilómetros cuadrados, una proporción significativamente inferior a la media mundial de 1.000 pozos en una superficie equivalente.
La geografía de la exploración nacional pinta un panorama complejo. Los esfuerzos se concentran principalmente en las cuencas de Gharb y Essaouira, dejando vastas zonas sin explorar. Una comparación con los países vecinos, en particular Mauritania y Senegal, pone de relieve el retraso acumulado, especialmente en las zonas costeras.
Las inversiones en el sector reflejan esta trayectoria incierta. Entre 2009 y 2022, se comprometieron unos 23,9 mil millones de dírhams, lo que representa una media anual de 1,78 mil millones. Aunque esta suma refleja un aumento en comparación con el período 2000-2008, oculta una dinámica preocupante: una disminución gradual desde 2014.
La Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas refleja esta tendencia a la baja. Sus inversiones propias disminuyeron un 27%, de 59,8 millones a 43,6 millones de DH al año. Los ambiciosos objetivos fijados para el período 2008-2012 sólo se alcanzaron en un 14%, lo que confirma las dificultades estructurales del sector.
Varios factores explican esta situación. La ausencia de descubrimientos comerciales importantes está obstaculizando el impulso inicial. Al mismo tiempo, la transición global hacia las energías renovables está remodelando las estrategias energéticas, haciendo que las inversiones tradicionales en gas sean menos atractivas.
De los 374 pozos perforados hasta finales de 2023, sólo 84 se completaron entre 2009 y 2023, en una superficie sedimentaria de 761.000 kilómetros cuadrados. Estas cifras reflejan un ritmo de exploración que cuestiona la capacidad de Marruecos para transformar su potencial subterráneo en una realidad económica.
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