Mayotte, el departamento francés más pobre, está en ruinas tras el paso del ciclón Chido el 14 de diciembre. Con ráfagas que superan los 220 km/h, algo inaudito en casi un siglo, el archipiélago del Océano Índico está irreconocible. Según el prefecto François-Xavier Bieuville, « cientos, incluso miles de personas » habría perecido. El sistema hospitalario es « muy dañado » y los centros médicos son « inoperante »según el gobierno.
Las imágenes del distrito Labattoir de Dzaoudzi muestran casas destrozadas, techos arrancados, ventanas rotas y barrios marginales reducidos a montones de metal retorcido y deformado. El puerto está lleno de barcos varados, apilados unos encima de otros. « Ya ni siquiera reconocemos nuestras calles y nuestros barrios »testifica un maorí en Liberación. Los árboles arrancados de raíz y las láminas de metal volando, descritos por La 1re acentuar esta visión apocalíptica.
Se levantó la alerta violeta para permitir la intervención de los servicios de emergencia. Sin embargo, la situación sigue siendo caótica: 15.000 hogares se quedan sin electricidad, las carreteras son intransitables y las comunicaciones intermitentes dificultan evaluar con precisión las pérdidas humanas y materiales.
El ciclón Chido es un fenómeno natural, pero se ve agravado por el calentamiento global. La alta temperatura del agua superficial del Océano Índico (que alcanzó casi 30°C) proporcionó una enorme reserva de energía para el ciclón. Según los expertos de Météo-France, el cambio climático está provocando ciclones más intensos y más lluviosos.
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Las proyecciones del IPCC indican que con un calentamiento global de 1,5°C, la proporción de ciclones tropicales intensos podría aumentar en un 10 %, y 20 % si el calentamiento alcanza los 4°C. Aunque se espera que el número total de ciclones se mantenga estable, su creciente intensidad plantea un desafío importante para las poblaciones vulnerables.
Una vulnerabilidad estructural flagrante
El desastre de Mayotte es tanto más dramático cuanto que el departamento sufre una profunda vulnerabilidad estructural. Como se recuerda Humanidad77 El % de la población vive por debajo del umbral de pobreza y 1 de cada 3 personas vive en viviendas precarias hechas de chapa. Estos barrios marginales fueron completamente arrasados por el ciclón, transformándose en un « fosa común » según la diputada (Liot) Estelle Youssouffa.
« En cada desastre, es apropiado […] preguntarse qué ha hecho que tantas personas sean tan frágiles »estimado por reportero Jean-Paul Vanderlinden, economista medioambiental. El acceso a la atención, la educación y la estabilidad económica determinan la capacidad de una sociedad para resistir y recuperarse después de una crisis climática o un desastre natural, explica.
Sin embargo, el Estado francés, a menudo acusado de negligencia, es criticado por su gestión del archipiélago. El informe de la inspección general de seis ministerios publicado en 2023 ya denunciado « una quiebra generalizada de las administraciones públicas » en Mayotte. A pesar de las promesas de inversión, el departamento sigue estando mal equipado en infraestructura de salud, educación y acceso a agua potable. Por ejemplo, 6 de cada 10 hogares no tienen baños ni duchas, lo que contribuye a epidemias como el cólera.
Si la ayuda militar está en camino y el gobierno afirma estar « 100 % movilizado para los mahoraíes »Sin una conciencia real de los factores de vulnerabilidad, Mayotte seguirá siendo presa fácil de futuros desastres. Como se señaló en reportero Según la antropóloga Sandrine Revet, no basta con gestionar la emergencia: hay que invertir en una planificación urbana adecuada y en la reducción de las desigualdades para proteger a las poblaciones más expuestas.
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