Está pasando una página en la historia de Siria. Después de 13 años de guerra civil y una ofensiva relámpago de los rebeldes islamistas, cayó el régimen de Bashar al-Assad. El fin de medio siglo de dictadura. Y ahora surge, con mucha preocupación, la pregunta de qué viene después.
Momento decisivo, histórico incluso para Siria tras la caída de Bashar al-Assad. El fin de 24 años de reinado y terror. Pero surgen muchas preguntas y preocupaciones sobre el futuro del país. El “León”, el “Carnicero de Damasco” se ha ido, dejando ahora el campo abierto a un nuevo régimen.
“Es una transición que se produce en un país incruento, que ya está sobre el terreno”, señala Myriam Benraad, especialista en Oriente Medio. Un país mutilado por la dictadura y en el que, entre las ruinas de las estatuas de Assad padre e hijo, Abu Mohammed al-Joulani (42 años) se alza ahora como el nuevo hombre fuerte de Siria. Fue él, el líder islamista al frente de los rebeldes, quien provocó la caída del indestructible Bashar.
“¿Podrá este hombre recuperar el control de este país? ¿En realidad sigue adoptando un enfoque muy radical?”, se pregunta el especialista.
Un pasado radical en cuestión
Hay que decir que Al Joulani no convence a las cancillerías occidentales, aunque este antiguo afiliado de Al Qaeda juega la carta del radical pragmático moderado. Ciertamente cambió su turbante yihadista por un traje de civil, se recortó la larga barba y suavizó su imagen.
“Tiene detrás elementos radicales que presionarán para avanzar en la dirección de un proyecto político más acorde con sus convicciones”, opina Myriam Benraad.
Para tranquilizar, los rebeldes yihadistas están trabajando ahora para ofrecer garantías de buen comportamiento. En particular, en lo que respecta a las minorías chiíta y cristiana del país.
Inès Zeghloul con Guillaume Descours
France
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