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¿Qué influencia tiene el packaging en la percepción de los productos alimentarios?

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¿Cómo perciben los consumidores los envases simples? ¿Qué criterios asocian al producto que contiene?


En los lineales de los supermercados vemos cada vez más envases sencillos, refinados y minimalistas. A primera vista, esto puede parecer una simple tendencia estética. Sin embargo, nuestra investigación reciente muestra que este tipo de diseño influye profundamente en la forma en que percibimos los productos alimenticios. Pero ¿en qué mecanismos se basa la asociación que hacemos entre envases minimalistas y productos más naturales?

Menos es más

Nuestro estudio, publicado en British Food Journal, analizó esta cuestión y descubrió que los consumidores asocian los envases minimalistas con productos más naturales. Esta asociación no es una coincidencia. De hecho, el minimalismo en el arte y el diseño siempre ha transmitido valores de sencillez y pureza, y esta percepción ahora se traslada a nuestras compras de alimentos.

Cuanto más minimalista es un envase, menos se asocia su contenido con la industrialización o la adición de sustancias artificiales. Tenemos la impresión de que el producto interior es más “saludable”, puro, libre de aditivos, percepción reforzada por las señales visuales simples y refinadas del envase. Esta simplificación visual crea un puente con la idea de que “menos es más”, principio que encontramos tanto en la moda, el arte, como en nuestra comida.

La singularidad, factor clave en la naturalidad percibida

Un factor importante revelado por nuestra investigación es la percepción de unicidad. Los consumidores ven los productos en envases minimalistas como únicos (diferentes a los demás), incluso artesanales. Esta percepción de singularidad les lleva a pensar que el producto fue fabricado utilizando métodos de producción que implican más conocimiento humano. En un mundo donde la robotización y los procesos industriales son a menudo sinónimos de producción en masa, la idea de que los humanos participen en la fabricación de un producto lo hace más auténtico y, por tanto, más “natural”.


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Por lo tanto, la unicidad percibida juega aquí un papel central: empuja a los consumidores a creer que el producto es único, tal vez incluso “raro”. Y quien dice “rareza”, muchas veces significa mejor calidad en la mente de los consumidores. Esta idea va de la mano de una tendencia generalizada en el marketing de potenciar la artesanía, los circuitos cortos y el saber hacer tradicional, convirtiéndose en elementos de comunicación por derecho propio. El packaging minimalista parece reforzar esta percepción.


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¿El envase añade sabor?

También observamos otro fenómeno interesante: los consumidores suelen atribuir mejor sabor a los productos presentados en envases minimalistas. Esta percepción sensorial amplifica aún más la impresión de naturalidad. Parece que, para los consumidores, si un producto es percibido como único, también debe tener mejor sabor y, por tanto, ser más natural. Este fenómeno, o efecto halo, explica por qué un simple envase puede modificar varias dimensiones de la percepción de un producto, desde el sabor hasta su supuesta calidad. Es decir, un simple packaging no sólo nos hace creer que el producto es mejor, también nos convence de que es más natural.

Esto es aún más sorprendente si tenemos en cuenta los tipos de productos que utilizamos en nuestro estudio: productos alimenticios de consumo habitual como el helado, un producto nutricionalmente “poco saludable” y, por definición, muy dulce, y sopas, un producto que, por el contrario. , se percibe más bien como un producto “saludable”. Nuestros resultados muestran que una simple elección de diseño puede tener un impacto considerable en la forma en que percibimos un producto, independientemente de su composición real. De hecho, pudimos confirmar en ambos casos que los entrevistados percibieron el producto con un diseño minimalista como más natural.

Reducir costos

Estos hallazgos ofrecen información interesante para las marcas. Ante el creciente interés de los consumidores por los productos naturales, las marcas no necesitan necesariamente utilizar múltiples etiquetas para destacar. Esta estrategia puede resultar especialmente útil para productos alimentarios que, por ejemplo, no cumplen necesariamente los estrictos criterios del etiquetado ecológico, pero que aun así desean posicionarse como “naturales” ante los ojos de los consumidores. El minimalismo se convierte así en una herramienta de marketing para reforzar la imagen de un producto sin modificar su composición. Al optar por diseños minimalistas, las marcas pueden transmitir estos valores de forma implícita y eficaz.

Sin embargo, estos resultados invitan a una reflexión más amplia sobre varios puntos. En primer lugar, el minimalismo podría ser una forma para que los fabricantes reduzcan sus costes. De hecho, los diseños limpios requieren menos materiales e impresión, lo que puede suponer una optimización que ahorra costes. Pero esta estrategia plantea la cuestión del precio de venta a los consumidores: si los clientes perciben que estos productos son de mayor calidad, esto podría justificar un precio más alto. ¿Una oferta económicamente interesante para las marcas… pero potencialmente engañosa para el consumidor? La pregunta parece legítima. Esto podría sugerir que un producto es natural cuando en realidad no lo es, abriendo el camino a posibles escándalos alimentarios o procesos judiciales por “engaño” que podrían emprender las asociaciones de consumidores en caso de decepción de los clientes.

El riesgo de saturación

Un segundo fenómeno a tener en cuenta es el fenómeno de la saturación: si todas las marcas adoptan una estrategia minimalista, ¿cómo pueden destacar? La ventaja competitiva que proporciona hoy corre el riesgo de desvanecerse a medida que esta estrategia estética se convierta en la norma.

Otra cuestión fundamental para el futuro, y especialmente en el sector industrial, es la de la reducción de los envases. Más allá de las cuestiones relacionadas con el diseño, ¿no debería el objetivo de las marcas reducir la cantidad de envases (cartón, plástico, etc.), para responder a una demanda creciente de productos más respetuosos con el medio ambiente, tanto por parte de los consumidores como del público? autoridades.****

Los Ecos.

Sin embargo, las estrategias de diseño minimalista podrían ser el punto de partida para una transición hacia la eliminación de los envases a largo plazo. ¿Permitiría la reducción de las impresiones visuales no esenciales (las tintas de impresión son fuentes bien conocidas de contaminación química, que a menudo dificultan el reciclaje de determinados materiales) educar progresivamente al consumidor y guiarle suavemente hacia una mejor aceptación de la reducción? ¿O incluso la eliminación paulatina del embalaje?

La próxima vez que elijas un producto de los lineales, ¿te dejarás seducir por la sencillez de su packaging, pensando que el producto que estás comprando es más natural? Nuestros resultados muestran que esta elección influye profundamente, consciente o inconscientemente, en la percepción que tenemos de los productos que consumimos. Ahora que eres uno de los consumidores ilustrados: ¿minimalismo todavía rima en tu mente con naturalidad?

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