¿Preocupado? “Sí”, responde inmediatamente Maxime Fabi, director general de Brûleries Faro, en Sherbrooke. “Desempeñará un papel en el mercado. A menudo vivimos tiempos muy difíciles. Y para las pequeñas será aún más difícil”, afirma el hombre que considera que su empresa es “la más pequeña de las grandes” del sector.
La semana pasada, el precio de la libra de café Arábica, que constituye la materia prima utilizada por la gran mayoría de los tostadores, alcanzó su precio más alto desde 1977, hasta 3,35 dólares estadounidenses. El viernes cerró el día en 3,22 dólares estadounidenses.
En comparación, en noviembre de 2023, los tostadores podrían conseguir esa misma libra de café por 1,73 dólares.
“Esta es la primera vez que nos enfrentamos a una fluctuación tan importante y de gran magnitud. Sigue siendo espectacular”, señala el propietario del Café Hubert Saint-Jean, Marc-Antoine Crépeau.
No hay nada que alegrarse en un contexto en el que los empresarios acaban de sufrir aumentos en los costos de mano de obra y de embalaje, además de altos tipos de interés, afirma.
Y con la importante caída del valor del dólar canadiense, aquí todo juega aún más en contra de los compradores, añade Fabi.
“Hace un año, perdí 0,62 dólares canadienses por libra con el tipo de cambio. Ahora cuesta $1,32. Son 70 centavos que acaban de caer con el viento. Y en eso ni siquiera contamos los bonos de calidad”, afirma.
En concreto, deberíamos esperar un aumento de 0,10 dólares por taza de café, considera Fabi. Un ejercicio práctico que, sin embargo, no incluye bonificaciones de calidad, precisa.
Impacto en los bebedores
“Una situación extraordinaria requiere medidas extraordinarias”, resume Marc-Antoine Crépeau. Ante este “territorio inexplorado”, desea limitar al máximo el aumento del precio en la caja, pero debe afrontar los hechos.
“Estos aumentos son tan importantes que es imposible absorberlos”, explica. Y no sabemos cuánto durará. En determinados orígenes, nos encontramos en un punto en el que tenemos que realizar adquisiciones. Algunas están más ligadas al precio del mercado, otras no, como África. En los casos en que estén vinculados al mercado, podremos comprar para cubrir un período más corto, con la esperanza de una caída. Porque no tenemos una bola de cristal y aún podría aumentar”.
Maxime Fabi indica que está planeando un aumento de la producción de café en grano en dos etapas, para ir poco a poco. Uno en enero y el otro en junio.
En cuanto al café en taza servido en las tostadurías, también se buscará “lo menos posible”.
“Ya nos encontramos con que la elástica se ha estirado con la inflación y todo eso. Lo que nos ayuda un poco es que McDonald’s y Starbucks ya han anunciado aumentos recientemente. Cuando tipos grandes como ese se suman, sigue siendo bueno. Pero nosotros, como pequeños, no somos solo nosotros quienes decidimos”.
“Voy a tener que sacar promedios. Puedo vender cosas casi con pérdidas durante un tiempo, esperando que el café caiga en picada en el otro lado”, añade.
“Sabremos adaptarnos”
En el centro de Sherbrooke, Alberto Navarro, copropietario de Kaapeh, intenta no preocuparse demasiado. El hombre que lleva más de una década trabajando en el sector cafetalero, pero que se lanzó oficialmente al tueste el pasado mes de enero, es consciente de haber elegido vender un producto “casi de lujo”.
“Como mexicano, para mí siempre ha sido una prioridad pagar el precio justo por el café, por buenas condiciones laborales en los cafetales. Por eso siempre pagábamos más que los demás. Creo que también hace falta conciencia del consumidor para entender por qué paga ese precio. Estoy contento porque mis clientes son muy conscientes de ello”, afirma el hombre que dice haber visto este aumento en un contexto de cambio climático.
El tostador también tiene la ventaja de trabajar directamente con determinados productores. “Me voy a México en dos semanas a ver la cosecha de un amigo que vamos a importar. Este dinero, que no está destinado a ningún intermediario, me permite tener más juego”.
Sin embargo, Navarro es consciente de que su empresa, que ha invertido mucho en su máquina tostadora de última generación, tiene desafíos por delante, pero sigue confiando. “Sabremos adaptarnos y encontrar la manera de ser creativos. No tenemos elección. Estamos en este barco y ahora no es el momento de rendirnos”.
Problema global
¿Por qué ha aumentado el café? Según Fabi, entran en juego varios factores, pero una cosa es segura: este aumento es un testimonio importante del cambio climático y de los impactos que tendrá en el sector en el futuro.
“Es una tendencia que veíamos venir”, responde a su vez el señor Crépeau. La demanda está aumentando a nivel mundial y las tierras agrícolas están disminuyendo. Entonces, todavía hay un concepto de oferta y demanda que tiene un cierto punto de ruptura en un momento dado”.
Brasil, el mayor productor y exportador de café del mundo, ha experimentado recientemente una combinación de sequía e incendios que han perturbado las plantaciones de café, donde la floración está en peligro.
Por lo tanto, se espera que los rendimientos sean significativamente más bajos de lo habitual, mientras que a escala mundial la demanda continúa aumentando y ejerciendo presión sobre los precios, señala Fabi. “Asia está empezando a consumir cada vez más café. Estados Unidos también. Si Brasil decide no liberar el café y almacenarlo, aumentará el precio, y cuando esté en la alfombra, lo liberará. Entonces es cuando sabemos que va a volver a suceder. Históricamente, se necesita alrededor de un año antes de que el precio vuelva a estabilizarse”.
Con información de AFP
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