Samuel Montembeault no necesita que le recuerden lo crítica que es esta semana.
Él lo sabe. Él lo vio. Entre los partidos reñidos que se suceden y las excesivas expectativas que pesan sobre sus hombros, el portero quebequense parece llevar solo un peso que se vuelve insoportable.
Esta mañana, ante los medios de comunicación, Montembeault intentó mantener la calma, pero sus palabras sugerían una mezcla de resignación y combatividad.
“Con tantos partidos consecutivos, la clave es realmente manejar bien mi cuerpo fuera del hielo”explicó, casi mecánicamente.
Pero en realidad sabe que no todo es entrenamiento o gestión física.
El sábado por la noche contra Las Vegas, Montembeault tuvo una oportunidad de oro.
El campeón de la Copa Stanley, Adin Hill, se encontraba en el otro extremo del hielo, lo que le dio a Montembeault la oportunidad de demostrar que podía competir con un portero de élite.
En cambio, la velada se convirtió en una pesadilla.
Cinco goles encajados en 25 tiros, defensa apática, y este quinto gol concedido a Zach Whitecloud, tan inofensivo como simbólico: Montembeault estaba solo, abandonado.
Martin St-Louis intentó defenderlo después.
“No fue su culpa”dijo.
Pero incluso con el apoyo verbal de su entrenador, el daño ya estaba hecho.
Al día siguiente, contra Utah, Montembeault esperaba un rebote. Pero el escenario se repitió. Sin apoyo defensivo, errores costosos y un portero que parecía hundirse un poco más en sus dudas.
“No ha sido fácil, pero tengo que seguir dando lo mejor de mí”confió Montembeault después del entrenamiento de esta mañana.
Aún así, la frustración se mostró en su tono. Sabe que sus actuaciones no son suficientes y que, en una semana tan crucial, cada partido cuenta el doble.
Y el momento no podría haber sido peor.
Con el inminente anuncio de las plantillas para el 4 Nations Showdown, Montembeault vio extinguidas sus esperanzas de representar al equipo de Canadá antes incluso de tomar forma.
Su promedio de 3.08 goles en contra y su porcentaje de salvamento de .899 no dejan lugar a la interpretación. En una liga donde el rendimiento lo es todo, estos números lo sacan de la discusión.
Pero la exclusión del equipo de Canadá es sólo un síntoma de un problema más profundo.
En Montreal, Montembeault está luchando no sólo por seguir siendo relevante, sino simplemente por mantener su lugar.
Este verano, Kent Hughes ya estaba explorando otras opciones, con un gran interés en Yaroslav Askarov.
Mientras tanto, Jakub Dobes y Jacob Fowler esperan su turno, acumulando sólidas actuaciones en Laval y Boston College.
Para Montembeault, cada partido se convierte en una audición. Pero incluso con esta presión, sigue lúcido. “Cada parada cuenta. Cada error se amortiza en efectivo”dijo.
Sin embargo, a este ritmo, los errores se acumulan y el silencio en torno a su nombre se vuelve cada vez más pesado.
Montembeault debe ahora demostrar que puede capear esta tormenta. Pero después de una semana tan difícil, las dudas persisten.
¿Aún tiene fuerzas para levantarse? ¿O esta semana marcará el principio del fin para el bueno de Bécancour?
Una cosa es segura: Montembeault debe responder y rápidamente. Porque en el cruel mundo del hockey los sueños se extinguen tan rápido como nacen.
Continuará…
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