Es una experiencia común, pero intrigante por decir lo menos. A principios de noviembre, la NASA fabricó nubes artificiales sobre el cielo noruego. Un proceso que no es perjudicial para el medio ambiente. El objetivo es hacer avanzar la ciencia, al mismo tiempo que se observan movimientos en la atmósfera superior, donde se liberan estos vapores. Por tanto, sería contraproducente que los compuestos químicos alteraran el medio ambiente.
En concreto, ¿cómo se produce esta experiencia? En realidad, la NASA utiliza sondas equipadas con botes que contienen diferentes compuestos químicos, como el trimetilaluminio (TMA), que producen vapores luminiscentes y actúan luego como trazadores.
Las nubes artificiales creadas por la NASA vuelan entre 80 y 400 kilómetros de altitud. Como explica el sitio -, están coloreados y con materiales trazadores (bario, litio, aluminio, etc.), para que los científicos puedan seguir sus movimientos más fácilmente. Se trata de componentes que encontramos en los fuegos artificiales, y que además se liberan en estas fechas en mayores cantidades que en este experimento científico.
“Los científicos buscan comprender estos movimientos porque representan un conocimiento fundamental del entorno espacial cercano de la Tierra”, indica la NASA a los medios. Y agregó: “El movimiento de gases neutros e ionizados revela cómo se transportan masa y energía de una región a otra (…)
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