Ilustración : RE.
Se libra una guerra por las tarifas reguladas de venta de electricidad (TRVE): la Comisión Reguladora de Energía (CRE) aboga por la continuidad de las TRVE mientras que la autoridad de competencia desea eliminarlas.
Dos informes contradictorios publicados el 19 de noviembre de 2024 relanzan el debate sobre el futuro de las TRVE en Francia. Mientras la CRE aboga por su mantenimiento, la Autoridad de Competencia recomienda su supresión. ¿Deberíamos o no proteger a los consumidores de electricidad de las fluctuaciones explosivas e impredecibles de los precios de la electricidad en los mercados? El debate se intensifica entre las dos instituciones.
Los argumentos para mantener los precios regulados ✅
Para la CRE, el TRVE juega un papel estabilizador y protector. Permiten suavizar los precios y amortiguar las fluctuaciones, lo que resulta especialmente valioso en tiempos de crisis. En 2022, mientras los precios en los mercados mayoristas se disparaban, un millón de consumidores prefirieron volver a esos precios. La CRE considera que este mecanismo sigue siendo crucial en el corto plazo y debe extenderse por cinco años más, especialmente con el fin previsto en 2025 del acceso regulado a la electricidad nuclear histórica (ARENH), aumentando la dependencia de los precios mayoristas.
También destaca el papel rector de las TRVE en la estructuración del mercado. “Por tanto, este método permite a los proveedores alternativos desarrollar y ofrecer ofertas innovadoras”como los que ofrecen Octopus, TotalEnergies o Mobilize, entre otros. En respuesta a las críticas por su impacto competitivo, la CRE propone ajustes menores, como prohibir el “regreso a TRVE de clientes abonados a una potencia superior a 36 kVA que abandonaron TRVE durante menos de un año para limitar las idas y venidas cortas”. -Relación de plazo entre TRVE y ofertas del mercado”.
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Los argumentos en contra de mantener los precios regulados ❌
Por el contrario, la Autoridad de Competencia considera que las TRVE son obstáculos a la competencia real. “Restringen a los proveedores competidores a un papel secundario y limitan el tamaño de sus carteras de clientes, una fuente de economías de escala” Según el informe, las TRVE cristalizan la regulación política, con ajustes a menudo influidos por consideraciones populistas, en detrimento de la transparencia y la eficiencia económica.
Por lo tanto, la Autoridad aboga por su eliminación, al tiempo que pide que se establezcan mecanismos alternativos. Entre las propuestas, la designación de proveedores de último recurso y la creación de un índice de referencia calculado por la CRE mantendrían una forma de protección a los consumidores más vulnerables.
Un dilema para el gobierno
La elección entre estas dos visiones resulta delicada. La abolición de los TRVE está en consonancia con las directivas europeas, que fomentan una transición hacia mercados liberalizados. Sin embargo, las preferencias de los franceses, muy apegados a las TRVE, y las preocupaciones sobre posibles aumentos de las facturas complican la situación. La ministra de Energía, Olga Givernet, prometió una decisión basada en estos dos informes y en una evaluación gubernamental en curso. Tendrá que arbitrar entre un marco que favorezca la competencia y la necesidad de proteger a los consumidores en un contexto energético aún incierto.
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