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El LHC gana en Friburgo

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Resiliencia, eso es lo que el LHC pudo demostrar en el BCF Arena. Porque los Vaudois, que perdían rápidamente 2-0, no entraron en pánico y pudieron pasar el hombro en la prórroga. Una victoria que no es inmerecida, porque Friburgo ronroneó demasiado.

Por lo tanto, los Dragones se habían adelantado muy temprano en este encuentro y mientras los dos equipos estaban 4 contra 4. Con un pase hábilmente medido, Gunderson pudo encontrar a Wallmark, quien abrió el marcador en el quinto. Menos de dos minutos después, y mientras Friburgo se beneficiaba de un pequeño momento en el juego de poder, Marcus Sörensen demostró su talento como jugador de béisbol. El máximo goleador sueco no dudó en lanzar un disco al aire para batir por segunda vez a Kevin Pasche.

Lausana tardó un poco en salir a flote. En el minuto 14, Fuchs apareció solo ante Berra, pero fue el portero del Friburgo quien tuvo la última palabra. En el 18, el LHC aún pudo reducir la puntuación gracias a Bozón, quien aprovechó un hielo abierto después de que Díaz se enredara con sus lápices en medio del hielo.

El veterano, sin embargo, había tenido una buena oportunidad momentos antes, al igual que Sörensen al final del tiempo, pero Pasche supo ser inflexible.

Un LHC poco disciplinado

La última defensa de los Leones tuvo que multiplicarse en el minuto 30, cuando Aurélien Martí fue llamado a regresar al vestuario para un control cruzado. Además, por regla general, los Vaudois no eran muy disciplinados, a diferencia de los Dragones. Sin embargo, esto no impidió que el Lausana empatara en el minuto 42 gracias a un hábil desvío de Kuokkanen, un veterano de la casa de Friburgo. Los hombres de Pat Emond estaban calientes en el minuto 54 cuando Lukas Frick golpeó el larguero en una gran jugada del LHC.

Sin Théo Rochette, lesionado en el tren inferior y ausente el domingo contra Langnau, a los Vaudois les faltó a veces creatividad, pero no abnegación. Y en la prórroga, fue su máximo goleador quien pudo darles este segundo punto que marcó la diferencia y les permitió irse a casa con una sonrisa. En cuanto al Friburgo, volvió a carecer de ese instinto “asesino” a pesar de tener el partido en sus manos. Para corregir.

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