Life is Strange es esta serie donde lo cotidiano se mezcla con superpoderes y donde el ambiente de la guitarra acústica nos hace querer envolvernos en una manta mientras tomamos té. Con Double Exposure, Max Caulfield vuelve a ser el centro de atención y, esta vez, hace malabarismos con dos realidades para resolver el asesinato de su nueva amiga, Safi. La idea de saltar entre un mundo donde Safi está muerta y otro en el que sigue viva prometía drama, tensión… y algunos quebraderos de cabeza narrativos. Entonces, ¿esta nueva aventura está a la altura de las expectativas o es un simple ejercicio de estilo?
En Double Exposure encontramos la receta clásica de la serie: exploración, elección de diálogos con consecuencias (a veces cuestionables) y un toque de jugabilidad orientada a los rompecabezas. Max manipula bien ambas realidades gracias a un poder que se activa de forma natural, como si nunca hubiera dejado de salvar el mundo con rebobinados. Dicho esto, sus movimientos siguen siendo un poco lentos y rígidos a veces. Nada demasiado serio, pero tampoco es la aventura más sencilla de emprender.
Las transiciones entre ambas realidades, en cambio, están muy bien logradas. Es fluido, intuitivo y añade una buena profundidad a los acertijos. Pero a veces nos encontramos con momentos que rompen un poco la inmersión: ¿transportar una escalera de mano de un universo a otro mediante una especie de inventario mágico sin ninguna animación particular, escondiéndola en nuestro bolsillo XXL? En serio ? Huele a pereza en el desarrollo y, lamentablemente, es bastante común en los videojuegos.
La historia es sin duda uno de los puntos fuertes. El concepto de investigar un asesinato en dos realidades paralelas es intrigante y encontrar a Max como detective del multiverso es un placer. La escritura es de calidad, con diálogos bien pensados y escenas memorables. Sin embargo, el ritmo es un poco menos controlado que en True Colors o el primer Life is Strange. Hay muchos ida y vuelta innecesarios y personajes secundarios que parecen haber sido agregados solo para inflar artificialmente la vida útil. Resultado: arrastra un poco, sobre todo en el primer tercio del partido.
Gráficamente, la Doble Exposición es magnífica. Los personajes son expresivos, las escenas son cuidadas y el juego de luces entre los dos universos aporta un verdadero toque artístico. Pero los ambientes son muy restringidos: la escuela, su exterior, un bar y el chalet de Max. Hay luz para una aventura de 12 a 15 horas. Afortunadamente, estos lugares están lo suficientemente detallados como para que disfrutemos de permanecer allí… Bueno, al principio.
La música es fiel al ADN de la serie: guitarra acústica suave y melancólica, perfecta para acompañar los dilemas morales de Max. Los efectos de sonido y el doblaje francés también son de buena calidad. Si eres fanático de la atmósfera sonora de las entregas anteriores, no te decepcionarás.
Life is Strange: Double Exposure es un buen episodio de la serie. La historia es intrigante, los personajes son entrañables y encontrar a Max nuevamente es un verdadero placer. Pero claramente no es la mejor obra. El ritmo desigual y los pequeños fallos en la jugabilidad empañan un poco la experiencia. Dicho esto, el encanto funciona lo suficiente como para que queramos seguir esta aventura hasta el final. Porque, bueno, no se puede rechazar a un Sherlock del multiverso con Max, incluso si transporta escaleras de mano en dimensiones paralelas sin hacer demasiadas preguntas.
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