Los Red Devils son el foco de todas las críticas tras el desastroso final de su campaña en la Nations League. Algunos de ellos incluso llegan a atacar la forma de cantar el himno nacional.
Este es el destino de los equipos que ya no rinden: cada detalle se analiza y se te puede echar la culpa. Así se enfada Gert Verheyen por la falta de implicación durante el himno nacional.
Un detalle que, según él, no lo es: “Cuando cantamos los himnos nacionales, siempre me molesta… Para nosotros, es una especie de murmullo, mientras el oponente canta a todo pulmón, basta con mirar el Para los italianos, es una diferencia enorme, de hecho, ya se había perdido”, explica a DAZN.
¿Menos inofensivo de lo que parece?
El delantero que ha disputado 50 partidos internacionales tiene un gran problema: “Si miras a los jugadores que todavía se presentan como personalidades como Onana… primero haz un esfuerzo por aprender el himno nacional”.
“Realmente me enoja. Lo sé, no se gana un partido cantando el himno nacional. Pero crea un sentimiento de unidad durante esos dos minutos. Y envía una buena señal a la gente que mira en casa. “Es un En mi opinión, es un pequeño esfuerzo que hacer”, concluye.
¿Un elemento simbólico de un cambio de mentalidad de generación en generación? En cualquier caso, esto no se observa en todas partes. Pero la identificación con una patria con una historia tan única como la de Bélgica va mucho más allá del marco del fútbol.
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