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Ola de frío en Decazeville

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lo esencial
Al cabo de un cuarto de hora de juego, con una desventaja de 17 puntos, el Sporting no logró alcanzar a Arpajon, que, sin embargo, se presentó en Camille-Guibert como último del grupo.

Perder en casa siempre duele mucho. Entonces, perder por no poder alcanzar, durante toda una mitad, sacude aún más las neuronas. Decazeville aprendió esto de la manera más difícil ayer por la tarde. Los jugadores de Decazeville ciertamente se tranquilizaron al ver al farolillo rojo presente en casa, una semana después de haber realizado una remontada sinónimo de bonificación defensiva en Cahors (24-17). Pero ayer no fue la misma historia. ¡Está claro que la historia no se repite todos los domingos!

Dos nuevas lesiones

Debemos mencionar al adversario. Cuando entraron al campo, últimos en la clasificación, los Cantaliens tuvieron un comienzo perfecto y ciertamente silenciaron a sus detractores. Apenas ocho minutos de juego y ya dos tries para Arpajon, que entonces tenía una ventaja de 17 puntos. Sin que los decazevillois pudieran tocar un solo balón. Con un comienzo perfecto en el compromiso y en la posesión, Arpajon, como una apisonadora, le habrá hecho todo al Aveyronnais en la espalda, sin dominar absolutamente nada excepto el scrum cerrado.

Así, como en Cahors, el Sporting correrá tras sus errores defensivos, sus toques mal negociados. El delantero del Arpajonnais no tembló a la hora de sancionar al Sporting. Tanto es así que, al descanso, Arpajon tendrá una ventaja de 16 puntos, teniendo la SCD reducir distancias a un try de Romain Vidal (7-23).

Reunidos durante mucho tiempo en el centro del campo antes de regresar al vestuario, nos decimos que los blanquiazules inevitablemente reaccionarán. Como siempre, uno estaría tentado a decirlo, porque sí, con demasiada frecuencia el Sporting juega por reacción. Pero ayer fue en su césped, frente a su público…

Así, todo el estadio empezó a creerlo cuando el árbitro concedió un try de penalti al SCD (54º) y mostró tarjeta roja a la tercera fila y al capitán Maituku por la misma acción. La afición aplaudió, mientras Arpajon se tensaba, llevándose los puntos a los pies de su abridor Maffre para recuperar la ventaja (17-29).

Durante el segundo acto, al final sólo hubo un momento destacado para Decazevillois, que pagó un alto precio por su gasto de energía, perdiendo al hooker Bastien Pons, golpeado en la rodilla, y luego al pívot Antoine Pisano, que se quejó del hombro.

Una vez con 13 contra 15 Decazevillois, Arpajon defendió su ventaja, pero Quentin Guibert devolvió a su equipo a cinco puntos, lanzándose hacia la portería después de varios periodos de juego para los blanquiazules (24-29). Hambrientos, los visitantes frenaron todas las ofensivas del Aveyron, siempre a punto de romper la línea de ventaja en los últimos minutos.

La remontada y la victoria por saqueo no se produjeron y Arpajon salió airoso de un duelo que todos creían desequilibrado. ¿Y el Sporting en todo esto? Tendrá que cuestionarse y encontrar en Malemort el próximo domingo los recursos para recuperarse de esta desilusión. Casi olvidamos que los Decazevillois se llevaron el plus defensivo. ¿Pero es realmente suficiente?

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