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El Observatorio de Armamentos, al examinar una base de datos sobre las importaciones procedentes de Kazajstán, constató que dos empresas de Toulouse estaban implicadas en transferencias recientes. La asociación teme que el material enviado acabe en Rusia.
El Observatorio de Armamento sospecha que dos empresas de Toulouse eluden el bloqueo de la Unión Europea contra Rusia. Especializada en el análisis de las actividades del sector de defensa, la asociación examinó una base de datos exhaustiva sobre las importaciones kazajas y constató que algunas transferencias recientes involucraban a dos “destacadas” empresas de armamento de Toulouse. “Los embargos siempre contienen lagunas que los fabricantes pueden aprovechar. Sabemos muy bien que el Kremlin utiliza los países de entrada para recibir equipos”, recuerda Tony Fortin, presidente de la asociación. Menciona una investigación de los medios ucranianos que reveló que los técnicos kazajos mantenían los aviones rusos Su-30SM utilizando equipos franceses de Thales y Safran.
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Durante su investigación, basada en la recopilación y el análisis de información de acceso público, el centro de experiencia se sorprendió por el gran volumen de exportación de Exail, empresa especializada en robots militares, presente en la feria de armas Euronaval. La empresa es resultado de la fusión entre ECA Group e IxBlue. El primero ya había entregado drones navales a Rusia.
Una investigación meticulosa…
En febrero de 2024, el grupo de Toulouse exportó diversos equipos, incluidos cables ópticos y módems vía satélite, pero también martillos para madera y sierras para metal, a JSC Gidropribor, un centro de investigación en robótica kazajo. Históricamente, esta empresa estuvo vinculada a Rusia en la época en la que Kazajistán pertenecía a la URSS. Con la caída del bloque soviético, la empresa se dividió en dos entidades, una rusa y otra kazaja, aunque, según los observadores, persisten las colaboraciones técnicas. La empresa rusa, especializada en armas marinas y submarinas, indica en su página web que todavía trabaja con países como Kazajstán y Francia. “Los envíos de Exail a la empresa kazaja plantean dudas. No corresponden a su actividad. ¿Por qué enviar martillos? ¿Se han falsificado determinadas declaraciones ante la aduana francesa?”, se pregunta el presidente del Observatorio de armamentos.
Exail afirma no tener ninguna relación con la empresa kazaja. “Los materiales enumerados son aparentemente sólo diversas herramientas y accesorios, que no tienen nada que ver con nuestras actividades y nuestros productos. La empresa Exail Robotique SASU, mencionada en la base de datos de importación, aparentemente no existe. La entidad de nuestro grupo es Exail Robotics SASU Por lo tanto, a primera vista parecería que estos elementos son falsos”, responde la empresa de Toulouse, añadiendo que informará “a los servicios franceses competentes con los que colaboramos estrechamente”. Tony Fortin, con pruebas que lo respaldan, afirma que estos documentos no son falsificaciones. “No es la primera vez que una empresa utiliza este tipo de respuesta…”, susurra.
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“No jugamos a doble juego”
El operador de drones Delair también entregó equipos a una empresa de este país de Asia Central. Desde 2020 se han entregado seis drones aéreos a la empresa Geotron, especializada en equipos geodésicos y métricos. Durante la guerra de Ucrania el pasado mes de marzo se exportaron dos aviones UX11 y varias piezas de repuesto. Delair, diseñador del primer dron “kamikaze” francés en 2024, desempeña un papel clave en el apoyo al ejército ucraniano, en particular gracias a la financiación del Ministerio de las Fuerzas Armadas para sus drones de vigilancia. Tony Fortin destaca el riesgo de que estos drones sean desviados a Rusia o utilizados en Kazajstán para vigilar las poblaciones. “Con una plantilla limitada a un máximo de cinco empleados, Geotron parece un simple revendedor que distribuye productos comprados a otras empresas”, opina.
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Bastien Mancini, presidente y cofundador de Delair, afirma que no juega un doble juego y que los envíos a Kazajstán sólo se refieren a “drones civiles que hacen topografía para los topógrafos”. “De todos modos, estos productos no tienen utilidad en zonas de conflicto, ya que no tienen una resistencia específica a las interferencias, tienen un alcance de radio muy corto y una baja resistencia. El año pasado, los competidores nos acusaron de vender drones militarizados a los aliados de Rusia para manchar nuestra reputación. caso”, certifica el ex empleado del Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES). La facturación de la empresa alcanzará los 30 millones de euros en 2024. La mayoría de sus pedidos están destinados a uso militar.
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