Desde un punto de vista militar, el saliente de Kursk es de poca utilidad. Con una superficie de unos cientos de kilómetros cuadrados, este pedazo de territorio ruso conquistado por Ucrania durante una operación transfronteriza sorpresa no contiene ningún objetivo estratégico ni localidad de importancia. Su ciudad más poblada, Soudja, tiene sólo 5.000 habitantes. Desprovista de relieve, la campiña circundante no constituye una posición defensiva fuerte. Sin embargo, es un enfrentamiento importante el que parece estar gestándose en la zona.
Según funcionarios estadounidenses y ucranianos, Rusia ha reunido en esta región hasta 50.000 soldados, incluidos hasta 10.000 combatientes norcoreanos, para una operación destinada a empujar a los ucranianos a cruzar la frontera en los próximos meses. Enfrente, las fuerzas ucranianas se estiman en entre 20.000 y 30.000 hombres, incluidas unidades especialmente experimentadas, cuya experiencia había permitido la captura sorpresa de este territorio durante el verano.
El lanzamiento de esta operación el 6 de agosto fue sin duda la gran sorpresa del verano de 2024 para los observadores del conflicto. Si ya se habían lanzado incursiones de unos cientos de hombres al otro lado de la frontera rusa, ésta era la primera vez que una fuerza de varios miles de ucranianos se lanzaba allí con el objetivo de ocupar el territorio. En pocos días, el ejército de Kiev se apoderó de más de 1.000 kilómetros cuadrados, galvanizando la moral de la población ucraniana y rompiendo de paso el tabú de la inviolabilidad del territorio de Rusia, a pesar de ser una potencia nuclear.
goles perdidos
También se esperaba que el asalto planteara un dilema para Vladimir Putin: ¿deberíamos retirar fuerzas de su actual ofensiva en Donbass para apagar el incendio en Kursk, o ignorarla, con los riesgos políticos que esto conlleva? Lamentablemente, Moscú no mordió el anzuelo y se contentó con estabilizar la situación sin redespliegue de tropas.
Más problemático: los soldados ucranianos en Donbass están comenzando a retirarse a un ritmo cada vez mayor, ya que varias unidades enviadas a la región de Kursk anteriormente mantenían la línea allí. Y contrariamente a las esperanzas de Kiev, la demostración de la posibilidad de llevar la lucha a Rusia no convence a Washington de autorizar ataques con misiles de crucero en territorio ruso. Para muchos analistas, la ofensiva de Kursk parece cada vez más una falsa buena idea.
Desde entonces, el ejército ruso habría recuperado casi la mitad del territorio inicialmente conquistado por Ucrania. Ahora pretende hacerse cargo del resto. “El saliente de Kursk ha adquirido recientemente una importancia política asombrosa a los ojos de Moscú y Kiev, señala el analista militar finlandés Emil Kastehelmi. Rusia ha dicho que no negociará hasta que retome el área. Sin duda quiere estar en una mejor posición para negociar cuando Donald Trump asumirá el cargo en enero. »
Por el contrario, los ucranianos no parecen decididos a rendirse. “Es extraño dado el poco valor estratégico de la zona, persiguió a Emil Kastehelmi. Quizás cuenten con un futuro intercambio de territorio o quieran seguir demostrando que pueden luchar en territorio ruso. Pero creo que deberían centrarse en lo que tiene un efecto sobre el terreno y no en el espacio de la información. » Según él, las unidades ucranianas de calidad desplegadas en el saliente de Kursk podrían ofrecer un refuerzo valioso a quienes intentan frenar el avance ruso en el Donbass.
Bautismo de fuego para los norcoreanos
Para los ucranianos, la próxima lucha contra las tropas rusas y coreanas promete ser difícil. Si bien los ucranianos han establecido defensas, la ausencia de relieve y tejido urbano complica la tarea, según varios analistas militares. Sólo una ruta principal de suministro conecta el territorio ucraniano con la ciudad de Sudja. Y por primera vez se enfrentan en combate a los soldados de Kim Jong-un.
Corea del Norte proporciona un importante apoyo material a Rusia. Desde el comienzo de la guerra, Pyongyang ha suministrado millones de proyectiles a Moscú. Kim Jong-un ordenó recientemente la “producción en masa” de drones explosivos, según la agencia de noticias norcoreana KCNA. Según informes, también se han observado obuses Koksan M1989 de fabricación norcoreana en tránsito a través de Rusia, lo que genera temores sobre su uso en Ucrania.
Este suministro de armas va ahora acompañado de apoyo humano. Según la inteligencia de Corea del Sur, las tropas norcoreanas están “ya empleado en operaciones de combate” en la región. Se trata de una primera prueba para estos combatientes presentes en suelo ruso desde finales de octubre en el marco de un acuerdo de defensa firmado este verano por Vladimir Putin y el líder norcoreano Kim Jong-un. Aunque no es esencial para esta contraofensiva, su participación libera a las tropas rusas para continuar con los ataques en la región de Donbass.
Visto desde Moscú y Pyongyang, este bautismo de fuego en una región rusa permite comprobar el uso de estos soldados sin experiencia de combate, pero también las reacciones occidentales, que siguen siendo verbales hasta el día de hoy. El resultado de esta “prueba” tendrá sin duda consecuencias sobre la continuación del compromiso de Corea del Norte, ya sea en términos del número de hombres desplegados o de su envío a combate en territorio ucraniano. Una acción cuyo alcance simbólico, geopolítico y jurídico sería aún mayor.
Related News :