Hay ciertos gestos que dicen mucho. Aún inmersos en el asombro por el incendio que afectó al supermercado Super U, principal comercio de Labastide-Saint-Pierre y de los pueblos de los alrededores, los vecinos esperan una rápida reapertura. El martes pasado, poco después de que los bomberos extinguieran el incendio, esta noticia generó muchas conversaciones. Pero algunos fueron aún más animados y emprendedores, el inicio de una acción que refuerza la gran solidaridad por parte de los residentes de la Bastide.
Eran quince
Rápidamente durante el día, pero también al día siguiente, el comité de hermanamiento decidió movilizar a sus miembros para reparar los estantes dañados del supermercado: “Era obvio, no podíamos quedarnos sin hacer nada, participamos en las operaciones de limpieza de el sitio y los artículos en las estanterías”, informa Daniel Berardo, presidente del comité de hermanamiento.
Rápidamente enviadas al lugar, unas quince personas echaron una mano al personal del supermercado, especialmente en la sección de productos de higiene: “Es realmente conmovedor, me gustaría agradecerles esta preciosa ayuda que nos ayuda a apoyarnos un poco más en esta una prueba evidentemente dolorosa”, comenta in situ el director Patrice Marchi. Porque en el ámbito comercial los daños son considerables y pasará un poco de tiempo hasta que todo vuelva a la normalidad.
Una mala racha que el comité de hermanamiento supo, gracias a su movilización y dinamismo, suavizar al máximo. Y es oportuno saludarlo.
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