La guerra entre Israel y Hamás continúa, particularmente en Gaza. En desacuerdo sobre la estrategia a seguir, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, acaba de ser despedido por Benjamin Netanyahu.
Cambio en el Ministerio de Defensa de Israel
Benjamín Netanyahu decide separarse de su ministro de Defensa, Yoav Gallant, en plena guerra contra Hamás. Yoav Gallant, una figura respetada pero controvertida por sus posiciones moderadas, aboga por una actitud cautelosa en el conflicto con el movimiento terrorista. Además, este último pide un alto el fuego para priorizar la liberación de los rehenes retenidos en la Franja de Gaza. Su salida marca un punto de inflexión en el gobierno y fortalece la línea dura de Netanyahu.
El conflicto entre Netanyahu y Gallant no es nuevo. Su oposición pública comenzó al comienzo de la guerra, particularmente en torno a la cuestión de los 101 rehenes retenidos por Hamás en la Franja de Gaza. A diferencia de Netanyahu, Yoav Gallant cree que se debe dar prioridad a su liberación antes de continuar con la destrucción de la infraestructura militar y política de Hamás. Esta posición moderada contribuye a aumentar su popularidad entre algunos israelíes, particularmente sensibles a la suerte de los rehenes y críticos con las estrategias militares prolongadas.
Al apoyar un alto el fuego para avanzar en las negociaciones, Gallant se había distinguido dentro del gobierno. De hecho, este despido podría reavivar estas tensiones, alimentando el descontento ya presente en la sociedad israelí.
La cuestión del reclutamiento de los ultraortodoxos.
El reclutamiento de jóvenes haredíes o ultraortodoxos es otro importante punto de desacuerdo entre Gallant y Netanyahu. A principios de esta semana, Gallant anunció que 7.000 jóvenes ultraortodoxos serían movilizados en el ejército de reserva. Por tanto, fue una decisión histórica dada la exención de la que goza esta comunidad desde la creación del Estado de Israel.
Esta decisión causó revuelo en el parlamento. y dentro de la propia coalición, las voces ultraortodoxas lo ven como un desafío a su estatus privilegiado. Al derrocar a Gallant, Netanyahu parece querer dar una promesa de lealtad a sus aliados ultraortodoxos, disipando así sus preocupaciones y previniendo una posible crisis dentro del gobierno.
Tras este despido, Netanyahu nombró Israel Katz, figura del Likud, como ministro de Defensa. Menos independiente que su predecesor, Katz es visto como un aliado de Netanyahu, habiendo demostrado ya lealtad como ministro de Asuntos Exteriores. Al nombrar a Katz, Netanyahu parece optar por un perfil más consensuado. Pero, sobre todo, capaz de respetar la directriz del Primer Ministro.
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