Los productores de ostras de la isla llevan años preguntándose cómo gestionar las montañas de conchas vacías que genera cada año su industria. Para aliviarlos, una empresa del suroeste de Taiwán ha conseguido crear un textil muy resistente con estos residuos.
Publicado el 11/01/2024 08:21
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A este nuevo tejido lo llamaron lana de mar. Sí, ahora se pueden comprar bufandas, camisetas deportivas o ropa de bebé elaborada con restos de conchas de ostra. Estas fibras técnicas son antiolor, antibacterianas y retienen muy bien el calor.
Su creación requirió varios años de trabajo en los laboratorios del grupo Creative Tech Textile, en la ciudad de Tainan. Los ingenieros ya habían desarrollado textiles de poliéster que incorporaban botellas de plástico de desecho y luego intentaron agregar polvo de concha de ostra, que contiene mucho carbonato de calcio.
El proceso es un poco complicado. Tienes que triturar las cáscaras para crear una especie de bolitas diminutas, luego las calientas a una temperatura muy alta y las mezclas con gránulos de plástico reciclado. Luego podemos tirar de un hilo para tejer. Parece una especie de lana. Al tacto es muy suave, de ahí el nombre “seawool”, lana marina.
Eddie Wang, director de Creative Tech Textile, explica que siempre ha tenido fuertes recuerdos de los restos de conchas de ostras que cubrían las calles del pueblo de su infancia, donde el cultivo de ostras era un gran negocio. Ya en aquella época los habitantes quemaban y trituraban estas conchas para fabricar un material aislante que utilizaban en la construcción de casas. Entonces se dijo a sí mismo que tal vez había una manera de aprovechar estas propiedades aislantes de las ostras en los textiles. Para él, es también una forma de gestionar esta contaminación acumulada. Cada año, Taiwán cosecha 200.000 toneladas de ostras. Y eso son más de 150.000 toneladas de desechos de conchas abandonadas. En su fábrica, la empresa recicla actualmente 100 toneladas al año. Aún es poco pero es un comienzo.
Con estas carcasas también se pueden producir otros materiales. Otra empresa de Taiwán llamada TaiSugar también está trabajando en este reciclaje. Recupera carbonato cálcico de las conchas y lo transforma para diversas industrias. Se utiliza, por ejemplo, para fabricar jabón, fertilizantes e incluso arena para gatos. Y no falta materia prima, ya que según cálculos de Naciones Unidas, el mundo tira a la basura más de 3 millones de toneladas de conchas de ostra cada año.
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