Cuando las temperaturas bajan, una deliciosa sopa caliente puede calentarnos y reconfortarnos. Nueces, castañas, champiñones o incluso patatas: hay para todos los gustos. La moda en estos momentos son las legumbres. Así, las lentejas coralinas y los garbanzos se han sumado a nuestras recetas de sopas, con muchos beneficios para la salud. Pero cuidado con no excedernos con la sopa estrella de este invierno porque su ingrediente principal puede complicar la digestión.
Es la sopa que vemos por todas partes desde que volvió el frío y como todas las verduras secas, su ingrediente principal es rico en fibra, excelente para la salud de nuestra microbiota. Esta verdura seca tiene un índice glucémico bajo, lo que significa que no eleva los niveles de azúcar en sangre y que aporta energía de forma prolongada a nuestro organismo. Muy rica en vitaminas del grupo B y minerales, hablamos aquí de la sopa de guisantes partidos. “Los guisantes partidos son interesantes para la salud porque además son ricos en proteínas vegetales y mejoran los parámetros lipídicos”explica la Dra. Karen Elbaz, doctora en farmacia, nutriterapeuta y micronutricionista.
Sólo aquí, “Como muchas verduras secas, los guisantes partidos suelen tener una deficiencia de aminoácidos esenciales”advierte el especialista. Estos son ácidos que los humanos no sabemos sintetizar, “Puede ser relevante combinar guisantes partidos con cereales, por ejemplo arroz, quinoa… ¡y así tenemos un plato completo!” Debido a su alto contenido en fibra, los guisantes partidos pueden causar problemas digestivos como “hinchazón, gases, malestar intestinal con tránsito a veces alterado”especifica el Dr. Elbaz. Esto es aún más cierto en personas con síndrome del intestino irritable. Es mejor limitarse a una sopa de guisantes por semana y elegir otras verduras para las siguientes.
Esta desventaja no afecta sólo a los guisantes partidos, “Si consumes muchas verduras secas, corres el riesgo de tener problemas digestivos”. Además, nuestra experta aconseja consumirlo sólo 1 de cada 4 comidas (3 a 4 veces por semana), a razón de 20 a 30 gramos por comida. Además, recomienda limitar de vez en cuando el consumo de vegetales secos durante 2 a 3 meses. “De hecho, hacemos descansar el intestino, porque las verduras secas son difíciles de digerir”. Luego simplemente reintrodúzcalos poco a poco una vez que el intestino esté mejor, asegurándose de que sean bien tolerados.
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