California está envuelta en llamas desde el 7 de enero. Pero en el corazón de este desastre, emergen historias de solidaridad, como pequeños destellos de esperanza.
Asediada por las llamas desde el 7 de enero, Los Ángeles sigue presa de terribles incendios que los bomberos, a pesar de sus esfuerzos, luchan por controlar. El trágico número de víctimas mortales asciende ya a 24 y cada día los incendios siguen destruyendo casas, iglesias, automóviles e infraestructuras. Pero en este caos están surgiendo signos de esperanza que nos recuerdan que incluso en los peores tiempos la esperanza puede renacer. Cadenas de oración, grupos de ayuda mutua, rescates valientes… Una antología de algunas de estas historias que dan testimonio de resiliencia y fuerza colectiva en tiempos de crisis.
Una oleada de solidaridad espiritual
Desde las primeras horas del desastre, Mons. José H. Gómez, arzobispo de Los Ángeles, lanzó un llamado a la oración, reuniendo a los creyentes para misas por las víctimas de los incendios. “Por favor, sigan orando por quienes sufren en los incendios que devastan el sur de California”, imploró el arzobispo en las redes sociales en un mensaje lleno de compasión y apoyo. Muchos actores también expresaron sus oraciones por las víctimas.
En esta prueba, la solidaridad espiritual no se limitó a las fronteras locales. El Papa Francisco, profundamente conmovido por la tragedia, expresó su cercanía espiritual a las comunidades afectadas. En un telegrama al arzobispo de Los Ángeles, se encomendó “a la amorosa misericordia de Dios Todopoderoso” y aseguró sus oraciones por los heroicos esfuerzos de los bomberos y socorristas.
Grupos de apoyo espontáneos
Mientras las llamas devoran implacablemente el sur de California, la Arquidiócesis de Los Ángeles y organizaciones benéficas se han movilizado para ofrecer no sólo recursos materiales sino también apoyo moral y espiritual a las víctimas. También se están organizando grupos de víctimas. Este es particularmente el caso de los padres y abuelos de niños que asisten a la escuela católica St. Monica’s Academy en Montrose. Este grupo, unido por la fe y la compasión, ofreció mucho más que bienes materiales: tendieron la mano a aquellos que lo habían perdido todo, llevándoles oración, esperanza y consuelo en la terrible experiencia. Sus acciones han creado una verdadera comunidad de apoyo, un pilar en el que las familias traumatizadas pueden confiar para reconstruir sus vidas.
La humildad de ciertas estrellas
“Debemos ser nosotros quienes llevemos consuelo a nuestros vecinos en este momento de desastre. Y también debemos ser nosotros quienes los apoyemos y los ayudemos a reconstruir y avanzar con valentía, fe y esperanza en Dios”. Este llamamiento del arzobispo de Los Ángeles no fue en vano. Los vecinos de la Ciudad de Los Ángeles se han movilizado para ayudar a sus vecinos. Estrellas como Angelina Jolie y la pareja formada por Meghan Markle y el príncipe Harry abrieron sus puertas para ofrecer refugio a quienes lo habían perdido todo.
Otros, más discretos pero igual de decididos, salieron al campo a echar una mano. El actor Steve Gutenberg, conocido por su papel del oficial Mahoney en Loca Academia de Policía, participó personalmente en la limpieza de las carreteras y el acceso a los bomberos. Ocupado con su tarea, fue entrevistado por el canal KTLA. Si al final de la entrevista reveló su nombre al periodista, no se detuvo en su personalidad y prefirió advertir al público que muchas personas todavía necesitan ayuda.
Rescate entre vecinos
Bajo un calor opresivo y un humo asfixiante, los bomberos y los socorristas redoblaron sus esfuerzos para controlar las llamas y salvar vidas. Todos elogiaron su coraje, determinación y dedicación. Pero en los barrios afectados también surgieron héroes entre los vecinos.
En Altadena, por ejemplo, cuando las llamas se acercaron a su casa, Gail vio a varios miembros de su comunidad reunirse para apagar los incendios que amenazaban su propiedad. “No sé quiénes son todas estas personas que me están ayudando, pero les estoy infinitamente agradecida”, dijo a CNN. Un gesto espontáneo y desinteresado demuestra la increíble solidaridad que a menudo surge en los peores momentos de crisis.
Reconfortantes “guiños a Dios”
En esta tragedia, Dios no abandona a sus hijos, como lo demuestran los “pequeños milagros” que reportan la prensa local y las redes sociales. Una familia estadounidense, por ejemplo, encontró una estatua intacta de la Virgen María entre los escombros de su casa. Los bomberos de Los Ángeles decidieron salvar el tabernáculo de la iglesia de Corpus Christi, todavía humeante, gravemente dañado por el incendio de Palisades. Se trata de protegerlo de los saqueadores que ahora merodean por los barrios afectados pero también, y sobre todo, de devolver el Santísimo Sacramento, que ha quedado intacto, a la parroquia dañada. Aunque la iglesia fue destruida, con el techo derrumbado y los bancos quemados, el tabernáculo de latón macizo y el altar de granito permanecieron intactos. Un hermoso rayo de esperanza para los fieles que continúan rezando por las víctimas.
Tantos momentos, como pequeñas chispas de gracia en medio del caos, que recuerdan a todos que ninguna prueba está sin respuestas y que la fe puede transformar incluso los peores momentos en fuentes de luz.