Los deslizamientos de tierra provocados por las fuertes lluvias han dejado al menos 10 muertos y una persona desaparecida en el estado brasileño de Minas Gerais (sureste), según el último parte de los bomberos del domingo.
Nueve personas murieron en Ipatinga, una localidad de 227.000 habitantes donde cayeron 80 milímetros de precipitación en una hora durante la noche del sábado al domingo, según el ayuntamiento.
Entre las víctimas, un niño de 8 años cuyo cuerpo fue encontrado por los bomberos entre los escombros de una casa destruida tras un deslizamiento de tierra.
Otro deslizamiento de tierra devastó todo a su paso a lo largo de una calle en la ladera del distrito de Betânia. En fotografías aéreas de la AFP, los restos de una vivienda emergen de una enorme mancha marrón.
Una persona permanece desaparecida en este barrio, mientras que los cuerpos de cuatro miembros de su familia fueron sacados del barro.
También se encontró un cadáver en la cercana localidad de Santana do Paraiso.
“El problema no es sólo la lluvia de anoche. Ha llovido casi todos los días desde hace un mes, por eso la tierra está empapada”, explicó el alcalde, Gustavo Nunes, durante una conferencia de prensa.
“Tuvimos un gran número de deslizamientos de tierra, que provocaron el derrumbe de varias casas”, resumió, advirtiendo que se esperaban más lluvias por la noche.
El alcalde también reveló que los pacientes de un dispensario dañado por un deslizamiento de tierra tuvieron que ser trasladados a hospitales.
El gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, anunció que viajará a Ipatinga el lunes.
Envió en las redes sociales un mensaje de “solidaridad con las víctimas de los deslizamientos de tierra de anoche”, poniendo a disposición del municipio “todos los medios del Estado para acudir en ayuda de los afectados por las fuertes lluvias”.
Brasil se vio fuertemente afectado por fenómenos climáticos extremos el año pasado, incluidas terribles inundaciones que mataron a más de 180 personas en abril y mayo en el sur del país y causaron también gigantescos daños materiales.
El país más grande de América Latina también se vio afectado el año pasado por una sequía histórica relacionada con el calentamiento global, según expertos y el gobierno.
Esta sequía ha favorecido la propagación de incendios devastadores, particularmente en la Amazonía, donde el año pasado se registraron más de 140.000 focos de incendio, algo inaudito en 17 años.
Foto AFP
