A veces resulta un poco deprimente pasear por los pasillos de la feria tecnológica más grande del mundo y encontrar tan poco diseñado para abordar los mayores problemas de nuestro planeta. Cada vez que asistimos a CES, buscamos tecnologías que tengan el potencial de impactar a la sociedad de una manera más profunda, y en la feria de este año descubrimos una sorpresa. (Estos son algunos de los conceptos más sorprendentes).
La startup de Singapur Flint fabrica baterías de papel recargables, que CNET nombró ganadoras del premio Best of CES Sustainability el jueves. Son completamente flexibles y pueden reducirse al tamaño de una moneda o integrarse en la correa de un reloj inteligente.
Las baterías de papel de Flint comparten la misma estructura que las baterías tradicionales de iones de litio, pero las similitudes terminan ahí. Su componente clave es la celulosa, que actúa como portador natural para la transferencia de iones entre el ánodo y el cátodo, un intercambio químico crítico necesario para el funcionamiento de las baterías.
La minería y la producción de baterías de iones de litio son responsables de importantes emisiones de CO2, fugas de sustancias químicas tóxicas y el agotamiento de las vías fluviales, todos factores que contribuyen a la crisis climática más amplia. Dado que nuestra necesidad de baterías aumenta en lugar de disminuir, soluciones como la de Flint son esenciales para reducir el impacto ambiental de nuestra obsesión tecnológica.
“Nuestra cadena de suministro es muy abundante y no necesitamos tierras raras ni materiales tóxicos o raros”, afirma Carlo Charles, cofundador de Flint. Algunos de ellos, como el zinc y el manganeso, se pueden encontrar incluso en los alimentos y en el cuerpo, añadió.
Desechar las baterías tradicionales también afecta al medio ambiente, mientras que las baterías de papel pueden biodegradarse en seis semanas. Charles nos cuenta que en las oficinas del equipo en Singapur, las baterías usadas se convierten en abono para alimentar las plantas de la oficina.
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Por ahora, la compañía se centra en fabricar baterías más pequeñas para pequeños productos electrónicos de consumo, pero no hay ninguna razón por la que algún día esas baterías no puedan ampliarse. “Queremos ir aún más lejos y ver cómo podemos integrar nuestros productos en sus teléfonos inteligentes”, explica Charles. “Los teléfonos inteligentes plegables podrían equiparse con baterías plegables… el potencial es enorme.
A más largo plazo, la batería de papel podría ampliarse para caber en una puerta eléctrica o en el ala de un avión eléctrico. Como las baterías son muy delgadas, se pueden apilar y no presentan el mismo riesgo de incendio que sus predecesoras de iones de litio.
La semana previa al CES, Flint obtuvo 2 millones de dólares en financiación que la empresa planea utilizar para construir una instalación de producción piloto en Singapur. Ubicar la planta piloto en un país sin cobalto, litio u otros minerales utilizados tradicionalmente para fabricar baterías ayudará a demostrar que la industria de las baterías puede descentralizarse, afirma Charles.
La compañía ya planea regresar al CES el próximo año con una presencia aún mayor, aunque el stand de este año fue una hazaña impresionante de ingeniería sustentable en sí misma. El conjunto se construyó a partir de cajas de cartón que se podían empaquetar en una sola caja.
Es en este contexto que Flint plantó una bandera en CES 2025. Estamos ansiosos por ver dónde ocuparán su lugar las baterías de papel de la compañía en el futuro.
