“Le da brillo a los ojos”: un paseo en Ferrari, un paréntesis encantado en la enfermedad

“Le da brillo a los ojos”: un paseo en Ferrari, un paréntesis encantado en la enfermedad
“Le da brillo a los ojos”: un paseo en Ferrari, un paréntesis encantado en la enfermedad
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lo esencial
Ambrun, un niño de 9 años que padece cáncer cerebral, pudo realizar uno de sus sueños subiéndose a un coche deportivo en Castelmoron-sur-Lot. Un proyecto liderado durante varios meses por Loïc Méchain, de 17 años.

Después de nueve meses de investigación y organización, Loïc Méchain, de 17 años, finalmente logró su objetivo. “Fue muy largo, pero tuvo éxito”, admitió este viernes por la mañana en Castelmoron-sur-Lot, a orillas del río. Este aficionado al audiovisual, de Bon Encontre, buscaba desde principios de año un niño enfermo que le permitiera realizar uno de sus sueños: subirse a un bonito coche. Clément, conocido de Loïc a través de su mejor amigo, se enteró de la existencia de este proyecto gracias a uno de los numerosos anuncios publicados en las redes sociales. Luego decidió hablar con sus tíos, cuyo hijo Ambrun tiene un cáncer cerebral descubierto hace un año y medio. A finales de diciembre se estableció contacto entre ambas partes.

Un momento inolvidable

“Aprovechamos la oportunidad porque experimentó algunas cosas que no eran obvias en 2024”, enfatiza el padre, Anthony. En particular, recibió quimioterapia y radioterapia muy intensas”. Seguido en el servicio de oncología pediátrica de Marsella, el niño de 9 años regresa cada vacaciones escolares a Castelmoron con sus padres, donde vive parte de su familia. “Aquí es donde Ambrun se siente mejor”, comenta la madre, Virginie.

Es imposible contar todas las estrellas en los ojos de Ambrun que, hacia las once de la mañana, vio derrumbarse el Ferrari 458 Italia blanco que había elegido entre los coches propuestos por Jean Philip. Este último, de 21 años, conoce a Loïc desde hace dos años después de preguntarle por sus proyectos audiovisuales. No dudó en prestar su coche para este momento inolvidable. “Nos llevamos bien porque creo que estamos en la misma onda. Sólo teníamos que intentar encontrar un nicho”.

Veinte minutos de pura felicidad

Después de mirar el coche desde fuera, Ambrun se sentó en el asiento rojo del conductor. El joven, que llevaba un gorro de piloto en la cabeza, pudo incluso arrancar el motor, ayudado por Loïc a pisar el pedal del freno. Su alegría se leía más en su enorme sonrisa que en su vocecita, sin duda impresionado por la construcción del auto. Después de una sesión de fotos, pudo dar un paseo junto a Jean Philip. Veinte minutos de pura felicidad, grabados para siempre en la memoria de toda la familia.

El joven Ambrun apareció con una sonrisa en el rostro durante toda la reunión.
DDM – MORAD CHERCHARI

A Loïc le gustaría revivir estos momentos: “Hace realidad casi nueve meses de investigación. Si es posible, me gustaría seguir haciendo otros proyectos similares”.

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