Marguerite Duras y Yann Andréa, una pasión singular, por Alain Vircondelet

Marguerite Duras y Yann Andréa, una pasión singular, por Alain Vircondelet
Marguerite Duras y Yann Andréa, una pasión singular, por Alain Vircondelet
-

lo esencial
Alain Vircondelet vive cerca de Fleurance y es un apasionado biógrafo de Marguerite Duras a quien dedica su último libro.

¿Por qué un libro sobre Marguerite Duras?

Marguerite Duras es la génesis de mi profesión como escritora, no sólo porque su labor como lectora es admirable, sino que además es ella quien, a través de sus cartas, me hizo querer adentrarme en el misterio de las cosas y de los hombres. Ella marcó el inicio de mi vida como hombre a los 19 años, y tuvimos una relación cercana desde el principio hasta su muerte en 1996. Para mí es una experiencia de vida dura, ella me enseñó, aprendió y se lo agradezco infinitamente. a él. Ella me precedió desde los 20 años. Ella es el gran encuentro de mi vida.

Entonces, ¿qué secreto cubres en este libro?

Marguerite Duras vivió los últimos 17 años de su vida con un chico infinitamente más joven que ella, con más de treinta años de diferencia. Yann Andrea. Él era radicalmente homosexual y ella sentía verdadera pasión por él. Cuento aquí la historia de esta pasión que no es un largo río tranquilo y que fue totalmente mitificada por ambos, e independientemente uno del otro; sino también por toda la prensa literaria. Despliegue el hilo de esta historia que viví de primera mano. Marguerite Duras me dio, en 1994, poco antes de morir, una llave que no quise compartir durante mucho tiempo. Me decidí después de la película de Claire Simon “Sólo me deseas”, y “Ce amour-là”, de Josée Dayan, basándose en el testimonio de Yann.

El mito presenta a Yann como el ángel guardián de Marguerite Duras. En mi opinión, esta visión es puramente ideológica. Toda la prensa elogia las cualidades de Yann, que todavía hoy lo hacen casi intocable. Recordé lo que Marguerite me había dicho un día. Había creado un vacío a su alrededor, ninguno de sus amigos podía ir a verla más, se habían rendido. En 1993/94, mientras trabajaba en París, llamaba todos los jueves por la tarde y Yann se interponía en mi camino. Un día, fue ella quien cogió el teléfono, me llamó y le impuso mi visita semanal a Yann hasta 1996.

¿Qué cosas nuevas aportas a esta relación?

“Todo mi trabajo ha sido el descubrimiento de secretos, incluso el secreto de Dios, sólo se me escapa la homosexualidad”, afirma Duras. El libro, que también se basa en los archivos de Duras, relata las etapas por las que ella pasó para aceptar esta historia, para transformarla en amor absoluto y místico. Yann Andréa es para ella un tema de estudio que pondrá en práctica en su trabajo.

-