Papa Franciscoen su tradicional mensaje Urbi et Orbi del día de Navidad, el 25 de diciembre, renovó con fuerza el llamamiento a la paz en Tierra Santa: “¡Que callen las armas en Oriente Medio! Con los ojos fijos en la cuna de Belén, vuelvo mi Pensamientos para las comunidades cristianas de Israel y Palestina, en particular a la querida comunidad de Gaza, donde la situación humanitaria es muy grave. Cesen el fuego, liberen a los rehenes y ayuden a la población exhausta. del hambre y de la guerra”, declaró. Luego añadió: “Estoy cerca también de la comunidad cristiana del Líbano, especialmente en el sur, y de la de Siria, en este momento delicado. Que se abran las puertas del diálogo y de la paz en toda la región, desgarrada por los conflictos. Quiero recordar aquí también al pueblo libio, animándolo a buscar soluciones que permitan la reconciliación nacional”.
El llamamiento para Ucrania
También hubo una referencia a la situación en Ucrania: “¡Que se silencien las armas en la Ucrania atormentada! Tengamos la audacia de abrir la puerta a la negociación y a los gestos de diálogo y encuentro, para llegar a una paz justa y duradera”, dijo el Pontífice, reiterando la urgencia de un camino de reconciliación.
El Jubileo como ocasión para la paz
El Papa Francisco subrayó la importancia del Jubileo como momento para superar las divisiones y promover la paz: “¡Hermanos y hermanas, no tengáis miedo! ¡La puerta está abierta, la puerta está abierta de par en par! No es necesario llamar, venid, vamos”. reconciliarnos con Dios, y entonces nos reconciliaremos con nosotros mismos y podremos reconciliarnos unos con otros, incluso con nuestros enemigos”, afirmó con fervor. También recordó que “la misericordia de Dios lo puede todo, desata todo nudo, derriba todo muro de división, disuelve el odio y el espíritu de venganza. Ven, Jesús es la Puerta de la Paz”. El Papa invitó a todos a dar el primer paso hacia la paz: “Entrar por la Puerta exige el sacrificio de dar un paso, exige dejar atrás disputas y divisiones, abandonarse a los brazos abiertos del Niño que es el Príncipe de la paz”.
El Jubileo como oportunidad para los más vulnerables
Durante el mensaje, Francisco subrayó la necesidad de condonar la deuda de los países más pobres: “Que el Jubileo sea una oportunidad para perdonar las deudas, especialmente aquellas que pesan sobre los países más pobres”. Y añadió: “Dios nos espera en el umbral. Nos espera a cada uno de nosotros, especialmente a los más frágiles: espera a los niños, a todos los niños que sufren la guerra y el hambre; espera a los ancianos, a nosotros, los antepasados, a menudo obligados a vivir”. en condiciones de soledad y abandono espera a quienes han perdido su hogar o huyen de su patria en busca de un refugio seguro; espera a quienes han perdido o no pueden encontrar un trabajo; hay muchos.” Luego subrayó con fuerza que “toda vida es sagrada”.
Pensamiento para África y otros conflictos
Francisco dedicó parte de su mensaje al continente africano, atrapado entre emergencias sanitarias y guerras: “Que el nacimiento del Salvador traiga un tiempo de esperanza a las familias de los miles de niños que mueren a causa de una epidemia de sarampión en la República Democrática del Congo , así como a las poblaciones del Este de ese país y las de Burkina Faso, Mali, Níger y Mozambique”, afirmó. Destacó cómo “la crisis humanitaria que los afecta está causada principalmente por los conflictos armados y el flagelo del terrorismo y se ve agravada por los efectos devastadores del cambio climático”. No olvidó el Cuerno de África, para el que invocó “los dones de la paz, la armonía y la fraternidad”. El Pontífice también pidió “el compromiso de la comunidad internacional para promover el acceso a la ayuda humanitaria para la población civil de Sudán y para iniciar nuevas negociaciones con vistas a un alto el fuego”.
El Papa llamó luego la atención sobre crisis a menudo olvidadas, como la de Myanmar: “Que el anuncio de la Navidad traiga consuelo a los habitantes de Myanmar, que, debido a los continuos enfrentamientos armados, sufren graves sufrimientos y se ven obligados a huir de sus hogares”. . Finalmente, hizo un llamamiento al continente americano, mencionando en particular a Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua: “Que se encuentren lo antes posible soluciones eficaces, de verdad y de justicia, para promover la armonía social, en particular en Haití, en Venezuela. Colombia y Nicaragua, y trabajemos, especialmente en este Año Jubilar, para construir el bien común y redescubrir la dignidad de cada persona, superando las divisiones políticas”.