El Papa Francisco reiteró que el Jubileo debe ser una oportunidad para cancelar las deudas, especialmente las que pesan sobre los países más pobres. Subrayó que Dios espera a cada uno de nosotros, en particular a los más frágiles: los niños que sufren la guerra y el hambre, los ancianos a menudo obligados a vivir en soledad y abandono, aquellos que han perdido sus hogares o huyen de su patria en busca de refugio, aquellos que han perdido o no pueden encontrar trabajo, los prisioneros que siguen siendo siempre hijos de Dios y los que son perseguidos por su fe. Cada vida es sagrada, añadió.
En el mensaje Urbi et Orbi, el Pontífice dirigió un pensamiento al continente africano, afligido por emergencias sanitarias y conflictos. Expresó su esperanza de que el nacimiento del Salvador traiga esperanza a las familias de los niños que mueren a causa de una epidemia de sarampión en la República Democrática del Congo, así como a las poblaciones del este del país, Burkina Faso, Mali, Níger. y de Mozambique.
Destacó que la crisis humanitaria es causada principalmente por los conflictos armados y el terrorismo, exacerbados por los efectos devastadores del cambio climático, que resultan en la pérdida de vidas y el desplazamiento de millones de personas. Imploró paz, armonía y hermandad para las poblaciones del Cuerno de África e invocó el compromiso de la comunidad internacional en promover el acceso a la ayuda humanitaria para la población civil de Sudán y en iniciar nuevas negociaciones para un alto el fuego.
El Papa llamó luego la atención sobre un conflicto olvidado por Occidente, el de Myanmar, esperando que el anuncio de la Navidad traiga consuelo a los habitantes del país, que sufren a causa de los continuos enfrentamientos armados y se ven obligados a huir de sus hogares.
Finalmente, habló del continente americano, pidiendo soluciones efectivas en verdad y justicia para promover la armonía social, en particular en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua, e instó a construir el bien común y redescubrir la dignidad de cada persona, superando divisiones políticas.
LL