El espectáculo navideño Giallorossi se presenta en el Olimpico. Victoria, la cuarta consecutiva en casa, cinco goles ante el Parma, dos de ellos del hombre más comentado de los últimos días: Paulo Dybala.
El argentino marca, marca y entretiene, pero los rumores de una posible despedida no se apagan del todo pese a las palabras de Ranieri porque el Galatasaray sigue detrás del jugador. “También debemos entender la profesión de los agentes, que viajan por todo el mundo ofreciendo a sus clientes como el bien más preciado – intenta explicar el técnico giallorossi después del partido -. Pero por ahora no hemos recibido ninguna oferta. Lo sé. Paulo quiere quedarse y está bien con nosotros y yo estoy bien con él. Como dijo Mourinho, hay una Roma con y sin Dybala”. Mientras tanto, Paulo y Dovbyk se reencuentran en el campo y la victoria de los Giallorossi nace en su eje. Un tacón de tacón del delantero centro ucraniano despeja al argentino que gana el penalti, que luego fue marcado, para poner el 1-0. La Joya vuelve así a marcar después de más de cuarenta jornadas, ya que el último gol fue el 31 de octubre, nuevamente en el Olímpico, ante el Torino. También es el gol número 126 en la Serie A que le otorga el podio, detrás de Crespo y Batistuta, de los goleadores argentinos en el campeonato.
Se despega así de Higuaín y duplica su ventaja en la segunda parte tras un largo control en el VAR por su posición, valorada en el partido. El doblete de Dybala supuso el 3-0 para los giallorossi, pero en el medio también hubo espacio para Saelemaekers que en la primera parte aprovechó la asistencia de Angelino para marcar el 2-0 y su segundo gol con la camiseta giallorossi. El resultado sigue siendo para la Roma, que tiene al menos otras tres oportunidades de gol, dos de Koné (una en cada tiempo) y la otra de El Shaarawy, hipnotizado por Suzuki. La reacción del Parma, sin embargo, fue casi nula, si no fuera por un disparo desde fuera del área de Hernani, que sin embargo detuvo bien Svilar. En la segunda parte, sin embargo, fue Camara quien lo intentó, nuevamente desde 25 metros, pero esta vez fue sólo el travesaño lo que negó a los Ducali la alegría del gol. En la final, pues, también hay lugar para el cuatro y el cinco a cero, primero de penalti, esta vez ganado por Saelemakers y anotado por Paredes, que marca y celebra haciendo como si mostrara su barriga a la llegada de su hijo.
Dovbyk cierra el partido, inducido por Dybala. Al pitido final, Ranieri se muestra satisfecho y además se encuentra con un Olímpico agotado como no veía desde hace tiempo. Por tanto, el pase fallido de Como fue anulado, con la Roma capaz de marcar 16 goles en los últimos cuatro partidos disputados ante una afición adecuada y con el técnico terminando los noventa minutos sin hacer ningún cambio. “Solo pensé en dar continuidad a los que estaban en el campo, sin sobresaltos. Ni por qué ni cómo. Mis colaboradores también me preguntaron, vi que estaban jugando bien y los dejé”, explica la elección de Ranieri, que ahora quiere un respuesta incluso cuando está lejos. “Tenemos que despertar, no es posible que no hayamos ganado ocho meses fuera de casa”, grita el técnico. Y la cita, ahora, es el 29 de diciembre en San Siro contra el Milán, luego el 5 de enero será el derbi contra la Lazio.
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