Jake Evans, la navaja suiza de los Montreal Canadiens, estaba jugando su partido número 300 en la NHL, obviamente, estos 300 partidos los jugó con una camiseta azul, blanca y roja en la espalda.
Para celebrar este número 300, Evans se permitió ser la chispa de los Habs con un gol en falta y una asistencia. Estuvo en todas las peleas, demostrando hasta qué punto sigue siendo un elemento clave de este equipo de Montreal.
Aprovechemos para ver y repasar el gol que marcó durante el primer tercio de este partido ante el equipo afincado en la ciudad del inigualable Eminem.
¿Cómo no volver a incorporar a esta formación al final de esta temporada a quien cumple el último año de su actual pacto? ¡Démosle lo que vale, nada menos! Lo que aporta es fundamental para el club, sobre todo porque se formó dentro de esta concesión.
3,5 millones al año durante tres (o cuatro) años, este es el tipo de acuerdo que Kent Hughes debe ofrecer al clan de Jake Evans. Un jugador que acumula su parte de puntos y que es un engranaje colosal en el PAQUETE y en el círculo de enfrentamiento, vale la pena.
Casualmente, a la hora de redactar estas líneas, Evans presenta un cuadro de seis goles, 12 asistencias y 18 puntos en 32 partidos. Si continúa a este ritmo, concluirá la temporada con unos impresionantes 46 puntos.
Para volver al duelo entre el CH y AlasEvans, a mitad del tercer tiempo, tuvo que retirarse al vestuario debido a un desagradable corte en la cara (cortesía de Patrick Kane).
Afortunadamente, más miedo que daño para el pívot de los Montreal Canadiens.
El combate es sin duda una firma de Jake Evans, quien ciertamente marcó el tono de esta pelea, pero la victoria del CH vino de la paleta de Patrik Laine. Una séptima red en el ataque masivo, demostrando que las formaciones contrarias ya no deben conceder superioridad numérica al CH.
Los hombres de Martin St-Louis se llevaron la victoria (4-3), con 33 tiros a la red, un récord este año.