Varios ataques motivados o planeados por islamistas, en los que participaron ciudadanos extranjeros, han conmocionado al país en los últimos meses. A finales de agosto, un ataque con cuchillo cometido por un sirio y reivindicado por el EI dejó tres muertos y varios heridos durante una fiesta en Solingen (oeste).
En junio, otro ataque con cuchillo, atribuido a un afgano durante una manifestación antiislámica en Mannheim, dejó un muerto, un agente de policía que había intervenido. En septiembre, un sirio de 27 años sospechoso de tener vínculos con el Islam radical fue arrestado por planear un ataque con machete contra soldados alemanes en una ciudad bávara.
Recientemente, tres jóvenes presuntos yihadistas sospechosos de preparar un atentado fueron detenidos en el suroeste de Alemania, anunciaron el martes la fiscalía federal y la policía. Entre ellos, dos hermanos germano-libaneses, de 15 y 20 años, son sospechosos de haber “preparado concretamente un ataque” motivado por “una profunda simpatía por el grupo terrorista Estado Islámico” (EI), indican estas fuentes en un comunicado.
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