El presidente ruso Vladimir Putin todavía parece tan confiado como siempre. La destrucción de Ucrania parece estar en la agenda.
Como cada año, el presidente ruso, Vladimir Putin, participó en una sesión de preguntas y respuestas por televisión.Piedra clave
Inna Hartwich, Moscú / ch media
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Lo que Vladimir Putin piensa de Ucrania, lo dice –casi de buen humor– después de unos 40 minutos de su “repaso del año”. El presidente ruso habló el jueves en una mezcla entre una conferencia de prensa y un formato de “línea directa”, en la que rusos cuidadosamente seleccionados piden al jefe del Kremlin que resuelva sus problemas por teléfono, video o correo electrónico.
Por eso intentamos resumir esta sesión anual de psicoterapia –realizada por supuesto– en una sala de conferencias de Moscú… Volvamos a Ucrania.
El presidente se recuesta en su asiento, se aclara la garganta y ofrece un “experimento”, comienza el espectáculo de propaganda. ¿El objetivo? Contando la historia del poder de Rusia. Occidente, afirmó con su habitual dosis de cinismo, podría elegir un “objeto en el corazón de Kiev”, equiparlo con “todos los sistemas de defensa disponibles” y “Rusia entonces lo atacaría con el ‘Oreshnik'”, el mortífero misil. que Moscú vende como su arma “de última generación”.
Acerca de esta arma ????
“Veremos qué pasa entonces. Estamos listos”. Es difícil no entender que ve a Ucrania como un campo de entrenamiento para Rusia y sus nuevas armas. Pero lo que podría ser más normal es que, a sus ojos, no es un Estado, establece el escenario:
“Este país, a los ojos de muchos rusos, ni siquiera es un Estado legítimo. No tiene un presidente real ni instituciones sólidas. Sólo tiene una ilusión de existencia”.
Vladimir Putin
En este contexto, asegura que podría negociar con “cualquiera” en Ucrania, pero no con Volodymyr Zelensky, a quien considera ilegítimo y por tanto incapaz de firmar ningún acuerdo.
Una sesión participativa
Esta intervención de Putin –que duró cuatro horas y media– fue retransmitida en toda Rusia y en los territorios ocupados de Ucrania. Allí se impone en guarderías, hospitales y centros culturales. Por lo tanto, se trata en gran medida de una “operación militar especial”, porque, sí, así es como el régimen todavía habla de su guerra contra Ucrania.
????Sigue en directo la guerra contra Ucrania????
A partir de ahí, las preguntas de los espectadores giran en torno a las ventajas concedidas a los participantes en dicha operación, a la remuneración de los soldados de la región de Kursk que -“oh, no lo sabía”, dice Putin- no son considerados como participantes en la operación militar especial y, por tanto, reciben diez veces menos dinero. En el mismo sentido, el maestro del Kremlin habla de la rehabilitación de los soldados y del avance de la “operación militar” en general…
Putin habla de negociar
Pero también se trata de negociaciones y compromisos que Rusia podría considerar para completar esta guerra que no es de Moscú. “Por supuesto”, dice Putin, Rusia siempre está dispuesta a negociar, “sin condiciones previas”. Sin embargo, se remite a su discurso de junio de 2024, en el que había fijado claramente las condiciones previas para el debate: la retirada de la OTAN de Europa del Este, la limitación de la presencia estadounidense en términos de armamento en el continente y la garantía de que la propia Rusia proporcionaría seguridad en Ucrania.
Si Kiev acepta estas condiciones –que equivalen a una capitulación– entonces Rusia “estaría encantada de negociar”. Pero Moscú no cederá ni un ápice.
¿Y los temas enojados?
Putin esquiva las preguntas más incómodas. ¿Siria? “Una derrota rusa”, nos dicen. Este no es el caso. Allí logramos todos nuestros objetivos”, asegura.
¿Kursk? “No hay duda, lo liberaremos todo”, intenta tranquilizar a una interlocutora que tuvo que huir de su pueblo en la región en cuestión, ocupada desde este otoño por Ucrania.
No menciona a los soldados norcoreanos ni a las pérdidas sufridas por Rusia en la región, pero prefiere hablar de nuevas carreteras, nuevos hospitales y gimnasios en Rusia y los territorios ocupados. “Está avanzando”, repite, usando frases como: “Tenemos soberanía en nuestros corazones, mientras que Occidente carece de fe”.
Putin, para convencer a los más cautelosos de sus posiciones, adopta un tono desenfadado: “En casa siempre pasa lo mismo: cuando todo está en calma, nos aburrimos. Queremos más acción. Pero en cuanto silban las balas, nos da miedo. Pero les digo: Rusia está progresando”. ¿Una guerra por aburrimiento? “Salvé a Rusia del abismo”, dice con confianza.
Un periodista ruso le pregunta, a modo de conclusión: “Si pudieras volver en febrero de 2022, ¿cambiarías tu decisión?” Putin responde, con su confianza habitual: “Deberíamos haber empezado todo incluso antes”. El jefe del Kremlin, fiel a su estilo, concluye: “Deberíamos haber empezado todo incluso antes”.