Pero aumentan la presión diplomática sobre Israel. En julio, la CIJ emitió una opinión consultiva en un caso separado en el sentido de que la ocupación israelí del territorio palestino era “ilegal” y debería terminar lo antes posible.
Israel controla estrictamente todas las entradas de ayuda internacional, esencial para los 2,4 millones de palestinos en la Franja de Gaza afectados por un desastre humanitario.
El gobierno israelí, que ha impuesto un asedio total al territorio, suele culpar a las organizaciones humanitarias de su incapacidad para distribuir grandes cantidades de ayuda.
“Es una catástrofe a la que la comunidad internacional no ha podido responder adecuadamente”, dijo a la AFP Andreas Kravik, viceministro de Asuntos Exteriores de Noruega.
La iniciativa de Noruega fue impulsada por la adopción en octubre por el Parlamento israelí de una ley que prohíbe, desde finales de enero, a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) operar en suelo israelí y coordinarse con las autoridades israelíes.