En su viaje, desde la pista del aeropuerto de Petite-Terre hasta el centro hospitalario, Emmanuel Macron fue interrogado por residentes magullados y desesperados. “¡Quédate una semana!” Recorre cada rincón. Mayotte, no queda nada. Todo se ha ido”suplicó entre lágrimas Assane Halo, empleado de seguridad del aeropuerto de Petite-Terre, donde aterrizó el jefe de Estado. “No tenemos nada. Sin agua. Nada para albergue (…) Sólo podemos pagar en efectivo, ¿qué vamos a comer? »preguntó, señalando también la urgencia de restablecer el suministro de electricidad y gasolina. “Dar ayudaoró de nuevo. Nuestros hogares están destruidos. Nuestros niños están traumatizados, necesitamos que las compañías de seguros sigan el juego”insistió la señora Halo. “Todo se hará, paso a paso”le prometió Emmanuel Macron, con la mano en el hombro.
Luego, el presidente abordó un helicóptero de la gendarmería para ver el alcance de la devastación en el departamento francés 101 y el más pobre. Al mismo tiempo, el convoy presidencial que salía del aeropuerto fue abucheado al pasar por una gasolinera donde se había formado una larga cola. “Es una locura, tenemos la impresión de que el Estado ha subestimado completamente la magnitud” de la catástrofe, señala un policía mahoraí que pide el anonimato. “Todos los recursos se centran en Petite-Terre y Mamoudzou [sur Grande-Terre]el resto de la isla sigue aislada del mundo »añade.
Tras el reconocimiento aéreo, Emmanuel Macron se dirigió al centro hospitalario de Mamoudzou (CHM), donde volaron ventanas, se inundaron los servicios y se destruyeron los equipos. “¡Queremos agua!” »le gritó un agente del hospital. “Señor presidente, todos somos inseguros. La gente está luchando por un poco de agua. Los aviones militares no llegaron aquí »añadió una mujer. El jefe de Estado, que llevaba un pañuelo mahorais, habló con ellos. “Voy a ver si necesitamos enviar más personas”. para entregar agua, dijo. “La telefonía se restablecerá en los próximos días” para permitir en particular identificar a los desaparecidos, añadió, admitiendo que ” mucho “ todavía no he podido serlo.
Emmanuel Macron debe entonces ir a “un barrio destruido, en contacto con los servicios de emergencia” movilizados desde el ciclón, precisa el Elíseo. él finalmente debe “discutir la situación de la isla con los funcionarios electos”. El presidente también debería especificar el “duelo nacional” que pretende decretar, y comenzar a esbozar el titánico proyecto de reconstrucción.