Se acaba de lograr un gran avance en las negociaciones de normalización entre Israel y Arabia Saudita, según información obtenida por el diario Haaretz. Este avance diplomático también podría allanar el camino para un acuerdo sobre la liberación de los rehenes en poder de Hamás y el fin del conflicto en Gaza.
En el centro de este progreso se encuentra un compromiso sutil sobre la cuestión palestina. Arabia Saudita, que inicialmente exigió el reconocimiento explícito de un Estado palestino por parte de Israel, ahora aceptaría un compromiso más vago respecto de “un camino hacia la creación de un Estado palestino”. Esta formulación permitiría a Riad mantener su apoyo a la causa palestina y al mismo tiempo proporcionaría a Netanyahu espacio político para maniobrar con su base.
Las negociaciones, llevadas a cabo con la mayor discreción por el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, en nombre de Netanyahu, cuentan con la mediación estadounidense. En particular, Israel está coordinando estas discusiones tanto con la administración Biden como con el presidente electo Trump, el último de los cuales probablemente ofrecerá a Arabia Saudita un pacto de defensa estadounidense y acceso a sistemas de armas sofisticados. El acuerdo previsto se implementaría en dos fases. El primero prevé la liberación de rehenes (mujeres soldados, mujeres civiles, enfermos y mayores de 50 años) contra prisioneros palestinos, incluidas personas condenadas por asesinato. Esta fase estaría acompañada de una pausa en los combates en Gaza y una retirada israelí gradual. La segunda fase supondría la firma del acuerdo de normalización con Arabia Saudita.
La reconstrucción de Gaza es un elemento clave del acuerdo. Riad, junto con una coalición que incluye a la Autoridad Palestina, lideraría los esfuerzos de reconstrucción y al mismo tiempo garantizaría la seguridad de Israel a lo largo de su frontera sur. Esta participación saudí responde tanto al deseo del reino de ayudar a la población de Gaza como al interés de Israel en que los Estados árabes moderados participen en la reconstrucción.
Sin embargo, persisten obstáculos políticos en Israel. El partido Otzma Yehudit (Fuerza Judía) ya ha anunciado que ya no se considera sujeto a la disciplina de la coalición debido a estas “negociaciones imprudentes”. El partido Sionismo Religioso también se opone a cualquier acuerdo que implique la liberación de “terroristas”.
Este avance diplomático, de tener éxito, podría marcar un punto de inflexión histórico en las relaciones árabe-israelíes, al tiempo que ofrecería una salida al actual conflicto en Gaza. Sin embargo, la fragilidad de la coalición gubernamental israelí y la complejidad de las cuestiones regionales hacen que el resultado de estas negociaciones sea aún incierto.
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