“El servicio de investigación del Ministerio de Defensa comenzará inmediatamente a investigar las acusaciones (…) relativas a la situación en el seno de la 211.ª Brigada de Pontones de las Fuerzas Armadas de Apoyo”, anunció en Facebook el ministro de Defensa, Roustem Oumerov.
Según revelaciones publicadas el lunes por el medio de comunicación Ukrainska Pravda, muy seguido en Ucrania, un comandante de sección de la 211.ª brigada, Vladyslav Pastoukh, maltrató a sus subordinados, beneficiándose de la protección de su padre, jefe de dicha brigada.
Según el periódico, el Sr. Pastoukh supuestamente golpeó a un soldado y los obligó a darle dinero amenazándolos con enviarlos al frente. El artículo incluye una fotografía que muestra al presunto comandante posando frente a un soldado, con el rostro borroso y atado a una cruz de madera.
Según este respetado medio de comunicación, quienes denunciaron los abusos fueron enviados a servir en la infantería, conocida por tener la mayor tasa de bajas en el campo de batalla.
El comisario ucraniano de derechos humanos, Dmytro Loubinets, denunció en Telegram un “fenómeno vergonzoso” y aseguró que se había puesto en contacto con el estado mayor y el ejército para que llevaran a cabo una “investigación interna con vistas a una respuesta posterior”.
El Estado Mayor ucraniano se defendió en Facebook afirmando haber abierto una investigación interna sobre estos hechos en septiembre de 2024, iniciado un proceso penal y suspendido al comandante infractor mientras durara la inspección.
“Vamos a examinar las razones por las que las fuerzas del orden militares tardaron tanto en investigar estos casos vergonzosos”, prometió Rustem Umerov.
Muchos ucranianos consideran que el sistema de reclutamiento para el ejército es injusto y corrupto, lo que empujó al presidente Volodymyr Zelensky a despedir a todos los funcionarios a cargo de la movilización en 2023.
Conflicto en Siria: Trump dice que Turquía llevó a cabo una “toma hostil” de Siria
Donald Trump dijo el lunes que Turquía había llevado a cabo “una toma hostil” de Siria, después de que grupos rebeldes -algunos apoyados por Ankara- derrocaran al gobierno de Bashar al-Assad.
“Turquía es muy inteligente. Es un tipo inteligente y muy tenaz”, dijo el futuro presidente de Estados Unidos en una conferencia de prensa, presumiblemente en referencia al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Bashar al-Assad asegura que no huyó de forma “premeditada” tras la caída de Damasco
“Turquía hizo una toma hostil del poder sin que se perdieran muchas vidas. Puedo decir que Assad era un carnicero”, añadió.
Desde 2016, Turquía ejerce una influencia considerable sobre el noroeste de Siria, manteniendo relaciones con el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS), antigua rama siria de Al Qaeda y considerado terrorista por muchos países occidentales.
El gobierno turco dijo el domingo que estaba “listo” para proporcionar ayuda militar si el nuevo gobierno sirio liderado por rebeldes islamistas lo solicitara.
“Tenemos que esperar y ver qué hará la nueva administración. Creemos que es necesario darles una oportunidad”, dijo el Ministro de Defensa turco, Yasar Güler.
La prioridad de Turquía en Siria es luchar contra los combatientes separatistas kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las Unidades de Protección Popular (YPG), objetivo apoyado por el nuevo gobierno sirio, afirmó.
Por extensión, Ankara considera a las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias) un grupo terrorista, lo que las sitúa en directa oposición a la administración estadounidense de Joe Biden. Washington considera a este grupo “crucial” para impedir un resurgimiento de yihadistas del grupo Estado Islámico en Siria.
Las FDS, apoyadas por Estados Unidos, lideraron la lucha contra el EI en sus últimos bastiones sirios antes de su derrota en 2019. Están dominadas por las YPG, consideradas por Ankara una rama del prohibido PKK.