El ex dictador sirio Bashar al-Assad, huyendo a Moscú desde la derrota del ejército del régimen, aseguró que fue Rusia quien pidió su evacuación de Damasco.
Más de una semana después de ser derrocado, el presidente sirio, Bashar al-Assad, aseguró el lunes que no había huido premeditadamente de Damasco, el día en que los rebeldes tomaron la capital, afirmando que Moscú había solicitado su evacuación, calificando a los nuevos líderes de Siria de “terroristas”.
Varios altos funcionarios sirios dijeron a la AFP que Assad había huido sin avisar a sus familiares o a sus colaboradores más cercanos la noche del 7 al 8 de diciembre, durante la caída de la capital en manos de una coalición rebelde liderada por islamistas radicales.
“La situación sobre el terreno siguió deteriorándose”
“Mi salida de Siria no fue premeditada ni tuvo lugar durante las últimas horas de la batalla, contrariamente a algunas acusaciones”, dijo Bashar al-Assad en un comunicado publicado en el canal Telegram de la presidencia.
“Al contrario, permanecí en Damasco cumpliendo con mi deber hasta la madrugada del domingo 8 de diciembre”, dijo, en su primera declaración desde su caída.
Afirmó que la base rusa de Hmeimim, en la costa mediterránea, donde se había refugiado, había sido atacada por drones “mientras la situación sobre el terreno seguía deteriorándose”.
“Sin medios viables para abandonar la base, Moscú exigió (…) una evacuación inmediata a Rusia en la tarde del domingo 8 de diciembre”, añadió, afirmando que Siria estaba ahora “en manos de terroristas”.
HTS los nuevos amos de Siria en contacto con Estados Unidos
Bashar al-Assad gobierna el país desde 2000, antes de huir cuando la coalición dominada por el grupo islamista radical Hayat Tahrir al-Sham (HTS), liderado por Abu Mohammad al-Jolani, tomó Damasco.
La antigua rama siria de Al Qaeda, HTS, que afirma haber roto con el yihadismo, sigue siendo clasificada como “terrorista” por varias capitales occidentales, incluida Washington.
Pero el domingo, Estados Unidos afirmó haber establecido “contacto directo” con la nueva potencia en Damasco.
La guerra en Siria, desencadenada en 2011 por la sangrienta represión por parte de Assad de las manifestaciones a favor de la democracia, ha dejado más de medio millón de muertos, devastado el país y empujado al exilio a unos seis millones de sirios, es decir, una cuarta parte de la población.