Con su victoria contra Mike Tyson el pasado mes de octubre, Jake Paul alcanzó un nuevo nivel de notoriedad. O mejor dicho, impopularidad.
Paul siempre ha tenido detractores, desde sus inicios en Vine y YouTube. Su incursión en el mundo de los deportes de combate solo ha exacerbado el odio que genera: los fanáticos de las MMA lo odian por atacar a ex campeones que se desvanecen, mientras que los fanáticos del boxeo lo vilipendian por su papel en la infiltración de personas influyentes en su disciplina.
Hoy en día, el público en general también está enojado con él por haber ridiculizado a Mike Tyson, de 58 años. Ya sea que creas que Paul realmente derrotó a Tyson o le pagó para que perdiera, no puedes evitar desaprobar a Jake por despreciar la integridad del deporte. Esta animosidad alcanza un nivel sin precedentes.
En el último episodio de Saturday Night Live, Chris Rock mencionó a Paul durante su monólogo de apertura.
“Jake Paul venciendo a Mike Tyson, ¿qué es esta locura?” dijo Roca. “¿Quién es este Jake Paul? Un chico de 27 años golpea a un hombre de 60. ¿Es esto a lo que se ha reducido el hombre blanco? ¡Detener! ¿Con quién peleará a continuación? ¿Morgan Freeman?
“¡Odio a Jake Paul! Tengo un propietario que odia a Jake Paul. ¡Lo odio! Lo odio como la cocaína odia la monogamia”.
El sketch de Rock sobre Jake Paul estaba intercalado entre chistes sobre Luigi Mangione y Donald Trump, lo cual es bastante impresionante considerando el conflicto Paul vs. Tyson tuvo lugar hace un mes y en la actualidad no han faltado acontecimientos. Esta historia parece tener cierta longevidad, pero no de una manera que sea favorable para Pablo.
Dicen que cualquier publicidad es buena publicidad, pero si el objetivo de “El Gallo” era ser tomado en serio como boxeador, tal vez hubiera desperdiciado esa victoria contra Tyson. No importa lo que haga a continuación, es posible que siempre lo conozcan como el hombre que golpeó a un anciano Tyson.
Y no podría pasarle a alguien más merecedor. Toda su carrera se ha construido en torno a enfrentarse a leyendas envejecidas, pero cruzó la línea con esta pelea. Puede que nunca más sea reconocido por sus habilidades boxísticas, sino más bien como el remate de esta farsa.
En un mundo donde el entretenimiento y los deportes están cada vez más entrelazados, la situación de Jake Paul plantea interrogantes más amplios sobre la integridad en el boxeo. Uno podría preguntarse sobre el impacto de la celebridad en los deportes tradicionales y cómo figuras como Paul desafían la percepción de competitividad. Si bien se reconoce el espectáculo que produce, uno no puede evitar preguntarse si no va en contra de la esencia misma del deporte. Es crucial encontrar un equilibrio entre el atractivo comercial y el respeto por los atletas y sus disciplinas. Sin duda, este debate seguirá dividiendo opiniones, pero es esencial para el futuro de los deportes de combate.
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