Quienes pensaban que podían contar con los hidrocarburos para hacer despegar la economía senegalesa corren el riesgo de desilusionarse muy rápidamente. La explotación de petróleo y gas no afectará pronto a la economía senegalesa, al menos al presupuesto estatal. Según las previsiones, el dúo Diomaye-Sonko tendrá que conformarse con las migajas hasta el final del mandato presidencial.
En efecto, según el proyecto de ley de finanzas inicial para el año 2025, “las estimaciones de ingresos (…) se establecen para los años 2024, 2025, 2026 y 2027, con importes respectivos de 49,65 mil millones de FCFA, 72,53 mil millones de FCFA, 87,87 mil millones de FCFA y 155,20 mil millones de FCFA. mil millones de FCFA”. En otras palabras, de los 6,395 mil millones de FCFA del presupuesto de 2025, la explotación de hidrocarburos sólo aporta 72,53 mil millones de FCFA, una contribución muy por debajo del 1%. Y hasta 2027, el país no tendrá más de 155.200 millones de ingresos en efectivo en las arcas del Estado.
Para este año, la dotación de 72,53 mil millones de francos CFA se distribuye de la siguiente manera: los 50,85 mil millones de FCFA, o el 70% del importe, se destinarán al presupuesto general. Las Cuentas Especiales del Tesoro se quedarán con el resto, es decir, 21,68 mil millones de FCFA. Esta última suma se distribuirá entre el Fondo Intergeneracional con 7,25 mil millones de FCFA (10%) y el Fondo de Estabilización que recauda 14,43 mil millones de FCFA (20%).
A la vista de estas cifras, Senegal tendrá que recurrir a otros recursos para su presupuesto, a menos que la renegociación de los contratos anunciada por el Primer Ministro Ousmane Sonko dé frutos. Además, también podemos esperar que los efectos indebidos de la producción de petróleo y gas impulsen la economía en general, particularmente subsectores como la electricidad con gas, el precio del combustible u otros campos (técnico, mecánico, legal, manufacturero). , financiero, etc.) utilizados en la producción de petróleo. Pero por ahora todo esto es sólo esperanza. Nada realmente visible en la vida cotidiana de los senegaleses.