Las circunstancias de la tragedia son cada vez más claras, pero siguen sin estar claras. Paul D., el hombre sospechoso de los cinco asesinatos del sábado en el Norte, sentía resentimiento hacia su primera víctima, su antiguo jefe, según supo la AFP el lunes a través de su abogado.
Detenido el sábado por la tarde tras acudir personalmente a la gendarmería de Ghyvelde, el sospechoso de 22 años “reconoció espontáneamente los hechos y está muy sereno, muy tranquilo”, asegura su abogada, Véronique Planckeel.
El abogado, sin embargo, “no está seguro de que este chico comprenda realmente las consecuencias de sus acciones” ni de que “sabe qué responder” a los investigadores. Véronique Planckeel afirma que su cliente estaba enojado con su primera víctima, un hombre de 29 años que dirigía una empresa de transporte por carretera. Fue asesinado alrededor de las 15:15 horas frente a su casa en Wormhout.
Este hombre era su antiguo empleador, pero “no sabemos cómo se rescindió el contrato de trabajo”, subraya. A pesar de esta animosidad, “no sabemos el motivo, realmente no (…) Quedan muchas zonas grises”, añade.
VideoQuíntuple asesinato cerca de Dunkerque: el aterrador viaje de Paul D, el presunto tirador
“Sin explicación” por el asesinato de dos migrantes
En cuanto a los dos agentes de seguridad asesinados casi una hora después en su lugar de trabajo de Loon-Plage, en las afueras de Dunkerque, “parece que conocía a uno de ellos de vista, eso es todo”, indica el abogado.
Por último, añade, actualmente “no hay explicación” para el asesinato de dos inmigrantes, que podrían ser de nacionalidad iraní, según la fiscalía de Dunkerque, cerca de un campo.
El sospechoso “es desconocido para la policía y la autoridad judicial” y “se encontraron varias armas de fuego en su coche”, dijo el domingo la fiscal de Dunkerque, Charlotte Huet.
La investigación fue abierta por “asesinatos precedidos, acompañados o seguidos de otro delito” y “adquisición, tenencia, porte y transporte de armas de categoría A y B”, hechos penados con cadena perpetua.
El lunes por la mañana, Véronique Planckeel no había sido informada de la prórroga de la detención policial de su cliente. Pero, “ante la constatación de infracciones a la legislación sobre armas, esta detención policial puede durar hasta 96 horas, es decir hasta el miércoles”, afirmó el domingo el fiscal.