Hanoi (VNA)- El Festival de la Diosa Ba Chua Xu en el Monte Sam, provincia de An Giang, fue catalogado el 4 de diciembre como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Este importante evento religioso del Sur atrae a miles de peregrinos y visitantes cada año.
El culto a Bà Chua Xu (Santa Madre del Reino) es una práctica profundamente arraigada en las tradiciones de las poblaciones que viven en la región suroeste. Este festival se lleva a cabo del día 22 al 27 del cuarto mes lunar, en el templo Bà Chua Xu, ubicado al pie del monte Sam. La diosa es venerada como protectora de la región y benefactora que vela por la prosperidad. salud y seguridad de los residentes. Su culto es practicado por varias comunidades étnicas de la zona, en particular los Kinh, Khmer, Cham y Hoa.
Un sitio venerado
Según la UNESCO, “el Festival Bà Chua Xu transmite a las generaciones futuras conocimientos relacionados con las costumbres, la moral y la comunicación social. Esta transmisión contribuye a la creación de memoria, identidad y continuidad de la comunidad. La fiesta transmite valores, normas y promueve la igualdad entre hombres y mujeres (culto a la diosa). Crea el contexto en el que se forma la identidad de género de cada miembro de la comunidad”.
El templo Bà Chua Xu es un sitio histórico y venerado. Fundada en 1820 en Châu Dôc, ha sido renovada y ampliada varias veces a lo largo de los años. Hoy, este templo es uno de los más grandes de Vietnam. Se ha convertido en un importante lugar de peregrinación y un punto focal para las actividades culturales y religiosas locales. Cada año, miles de peregrinos y turistas acuden hasta allí para honrar a la diosa, participar en rituales y pedir bendiciones y protección.
El Festival Bà Chua Xu es una celebración espiritual y cultural rica en rituales. Comienza con una serie de ceremonias solemnes, donde los participantes rinden homenaje a la diosa. La culminación de las festividades es el rito “Túc yết”, que se realiza durante la noche del día 25 al 26 del cuarto mes lunar, durante el cual se lava la estatua de la diosa con agua perfumada con jazmín y canela, un momento de gran devoción y purificación. Luego, se celebra un rito “Xây chầu” para rezar por un año de prosperidad y bienestar.
La fiesta también está marcada por procesiones, cantos, bailes y ofrendas de incienso, alcohol y té a la diosa. Cada rito tiene su propio significado, creando una atmósfera de fervor religioso, al mismo tiempo que es un momento de encuentro y solidaridad para las comunidades locales. En 2014 fue reconocido como patrimonio cultural inmaterial nacional por el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo.
Diversidad cultural
El culto a Bà Chua Xu constituye un poderoso factor de unidad y cohesión social en la región, promoviendo un verdadero encuentro entre diversas comunidades étnicas. Aunque sus raíces están ancladas en la tradición del Kinh (culto a la Madre), fue adoptada y enriquecida por los Khmer, los Cham y los Hoa, convirtiéndolo en un símbolo de diversidad cultural. El festival, dedicado a él, encarna un momento de preservación de tradiciones antiguas y al mismo tiempo sirve como plataforma para el intercambio cultural, donde cada comunidad comparte sus rituales y costumbres mientras celebra una creencia común.
En la cultura de la gente del Sur, Bà Chua Xu es vista como una diosa protectora, garante de la seguridad fronteriza y la prosperidad. Su veneración ayuda a forjar una identidad colectiva entre los habitantes de la región, unidos en torno a valores espirituales comunes. Por lo tanto, el festival no es sólo una celebración religiosa, sino también un medio para afirmar la unidad y la resiliencia de las poblaciones locales.
Gracias al reconocimiento de la UNESCO, el Festival Bà Chua Xu ha adquirido una dimensión internacional. Cada año, millones de visitantes vienen a descubrir esta tradición excepcional. Esta afluencia turística no sólo contribuirá a la vitalidad de la economía local, sino también a la difusión de la cultura regional a escala global. Sin embargo, las autoridades locales permanecen vigilantes y garantizan que el crecimiento del turismo no obstaculice en modo alguno la preservación de los valores fundamentales del festival. Se están implementando medidas concretas para preservar la autenticidad de los rituales y al mismo tiempo generar interés global en la riqueza cultural de la región.
La inscripción de este festival en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad, obtenida durante la 19ª sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial en Asunción, Paraguay, representa una importante distinción para Vietnam. Al hacerlo, se convierte en el decimosexto patrimonio cultural inmaterial del país en recibir este honor, fortaleciendo la posición de Vietnam como firme defensor de sus tradiciones. La provincia de An Giang, en particular, desempeña un papel clave en la promoción de esta tradición, esforzándose por conciliar la preservación y el desarrollo sostenible, para que este festival pueda perdurar y seguir enriqueciendo la identidad cultural local.
El Festival Bà Chua Xu en el Monte Sam es mucho más que un simple evento religioso. A través de este festival, la diosa encarna no sólo la protección espiritual sino también la resiliencia y la armonía de los habitantes del Sur. Con este reconocimiento de la UNESCO, Vietnam refuerza su compromiso de proteger y mejorar su patrimonio cultural para las generaciones futuras, al tiempo que fortalece su posición en la escena internacional como guardián de tradiciones milenarias. – CVN/VNA