La Comisión Europea anunció el miércoles que invertiría más en la vigilancia de las fronteras de la Unión Europea con Rusia y Bielorrusia, acusándolas de fomentar el paso de inmigrantes como parte de una táctica de “guerra híbrida”.
Según datos compartidos por la Comisión Europea en un comunicado de prensa, las llegadas irregulares a la frontera entre la UE y Bielorrusia aumentaron alrededor de un 66% entre 2023 y 2024, y la mayoría de los inmigrantes tenían un visado de estudiante o de turista ruso.
Algunos Estados miembros, como Polonia y Finlandia, se beneficiarán de una financiación de 170 millones de euros “para modernizar los equipos de vigilancia electrónica, mejorar las redes de telecomunicaciones, desplegar equipos móviles de detección y responder a las intrusiones de drones”, indicó la Comisión en un comunicado.
Estonia, Letonia, Lituania y Noruega también se beneficiarán de este fondo europeo.
Finlandia, que comparte una frontera de 1.340 kilómetros con Rusia, acusa a Moscú en particular de alentar a inmigrantes de países como Siria o Somalia a cruzar la frontera, lo que el Kremlin niega.
Polonia, por su parte, expresó su preocupación porque Bielorrusia ofrecía una ruta no oficial a Europa para los inmigrantes. Bielorrusia rechaza estas acusaciones.
Henna Virkkunen, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión encargada de la seguridad, considera que la situación en las fronteras europeas es “excepcional y muy grave”.
“Rusia está utilizando la migración como una nueva arma en su guerra híbrida contra la UE. No debemos permitir que un Estado hostil se apodere de los valores europeos, incluido el derecho de asilo”, afirmó en el comunicado de prensa de la Comisión.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo el miércoles en X que los países que se benefician del fondo europeo estaban “manteniendo valientemente nuestras fronteras a salvo de amenazas de todo tipo por parte de Rusia y Bielorrusia”.
(Lili Bayer, versión francesa Etienne Breban, editado por Augustin Turpin)