Hoy a las 6:03 am.
Emmanuel Macron anunció a los dirigentes de sus partidos, reunidos durante más de dos horas y media en el Elíseo, que quería nombrar “en un plazo de 48 horas” a un nuevo Primer Ministro que dialogará con ellos antes de formar gobierno.
“Las cosas han avanzado bastante” gracias a la renuncia simultánea al 49.3, instrumento constitucional que debe aprobarse en la Asamblea Nacional, y a la censura, declaró el jefe del Partido Socialista, Olivier Faure, al salir del palacio presidencial.
Suficiente para hacer decir a François Bayrou, presidente del MoDem, uno de los favoritos de Matignon, que la reunión, que excluyó a la Agrupación Nacional y a La France insoumise, había sido “positiva de manera inesperada” gracias a un “clima muy constructivo”. El alcalde de Pau habló de “un acuerdo de cooperación democrática” y propuso retrasar “cuestiones molestas”, como las pensiones y la inmigración.
Pero no todos los participantes tienen una interpretación uniforme de esta reunión y Marine Tondelier (ecóloga) consideró que el bando presidencial estaba dispuesto a “ni compromiso ni concesión”.