El fin de un reinado iniciado por su padre hace 50 años. El presidente Bashar al-Assad huyó de Siria, expulsado por una espectacular ofensiva de los rebeldes islamistas, marcando así un punto de inflexión en la historia que puso fin el domingo a medio siglo de gobierno indiscutible de su clan familiar.
Assad, que gobernó Siria con mano de hierro durante 24 años, incluidos casi 14 años de guerra, se encuentra con su familia en Moscú, según agencias de noticias rusas. Si no hay un comunicado oficial del Kremlin, el gobierno ruso informó a las principales agencias de noticias del país que el dictador y su familia habían llegado a la capital y que se le había concedido asilo por razones humanitarias.
Y esto no es una coincidencia: ya el domingo por la tarde se había visto un avión que despegaba de Latakia, donde se encuentra la base aérea rusa en Siria, y se dirigía hacia Rusia. Esto tampoco es una sorpresa: Moscú ha apoyado militarmente al dictador sirio desde la intervención del ejército ruso en Siria en 2015.
Moscú también mantiene soldados en Siria. El Kremlin inmediatamente hizo saber que estaba en contacto con las fuerzas rebeldes que tomaron el control del país y aseguró que se daban garantías de seguridad para las bases rusas. De hecho, Rusia mantiene una base naval en Tartus, Siria, donde fotografías de satélite mostraban en los últimos días que barcos rusos se habían hecho a la mar, oficialmente para realizar ejercicios.
Si bien la presencia de la flota aérea sigue siendo un punto por aclarar, algunos corresponsales militares rusos pro-Kremlin mencionan en mensajes Telegram la presencia de otros soldados rusos atrapados, por así decirlo, en pequeñas bases en el interior del país. Estos corresponsales hablan de una evacuación de las fuerzas rusas de Siria que podría comenzar el martes 10 de diciembre, marcando el fin de la presencia militar rusa en el país desde hace nueve años.
“Rusia sufre un amargo revés“, afirmó también Jean-Noël Barrot, ministro dimisionario para Europa y de Asuntos Exteriores, en franceinfo el lunes 9 de diciembre. “Después de apoyar a este régimen en la opresión que llevó a cabo contra su propio pueblo, Rusia podría perder su retaguardia en el Mediterráneo.“, prevé el ministro francés dimitido. “El régimen de Bashar al-Assad contaba con la protección de Rusia para asegurar su supervivencia, pero no pudo beneficiarse de ella y el régimen cayó. Este es un claro fracaso para Moscú.“, subraya Jean-Noël Barrot, que cree que “Éstas son buenas noticias para la libertad. Esta es una buena noticia para el pueblo sirio, que ahora debe tomar el destino en sus propias manos.“.
Finalmente, por el momento no se ha filtrado ninguna imagen de la llegada de Bashar al-Assad a Moscú. Y, como símbolo, el lunes se izó la bandera de la oposición siria sobre la embajada siria en Moscú. Un grupo de hombres izó la emblemática bandera de la oposición con tres estrellas rojas, mientras algunos copos de nieve caían por la mañana sobre Moscú, según un periodista de la AFP.