“La extrema derecha en el deporte, especialmente en los estadios, sólo es sinónimo de racismo, xenofobia, homofobia, sexismo”

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Un dirigente de la liga de fútbol profesional lleva un brazalete con la bandera arcoíris LGBTQIA+, durante el partido entre el Stade Brestois 29 y el AJ Auxerre, en el estadio Francis-le-Blé, en Brest (Finisterre), el 14 de mayo de 2023. DAMIEN MEYER / AFP

PAG¿Podemos decidir, el 26 de julio, enviar al mundo la imagen de una sociedad fracturada, de un país en el corazón de una gran crisis política, de un gobierno dirigido por la extrema derecha? Esta misma extrema derecha que, en el deporte, especialmente en los estadios, no es más que sinónimo de racismo, xenofobia, homofobia, sexismo. ¿O preferimos, con motivo de los Juegos de París, acoger al mundo en una Francia fraterna, movilizada por la paz, los derechos humanos y el medio ambiente? Esta Francia que queremos construir juntos, donde el deporte se combina con la emancipación y la felicidad: una Francia del deporte popular.

En 1936, mientras los nazis utilizaban los Juegos Olímpicos de Berlín como escaparate propagandístico, y el levantamiento franquista aniquilaba las olimpíadas populares de Barcelona, ​​el Frente Popular convertía el ocio y el deporte en una preocupación de Estado. Con la creación de una subsecretaría de Estado específica, Léo Lagrange impulsa una política proactiva de democratización del deporte para todos, construida en torno a los valores del deporte popular nacido en 1934 con la creación de la Federación del Trabajo de Deportes y Gimnasia por parte de la Unión de Organizaciones Deportivas de Trabajadores Socialistas y Comunistas.

Entonces, si en 2024 la unión de izquierdas y ecologistas, a través del Nuevo Frente Popular, es la única respuesta viable al peligro ultraderechista en el que nos coloca el Presidente de la República y sus gobiernos desde 2017, los actores y actrices del mundo del deporte que comparten la idea y la ambición de un deporte popular deben participar plenamente en él.

Hacer del deporte otra vez una herramienta de educación popular

Nuestro deporte popular es educativo. En la escuela, la educación física y deportiva (EF) forma ciudadanos independientes, sanos y socialmente formados. Al establecer la práctica de educación física en cuatro horas semanales durante la escolarización, le daremos a esta disciplina tan a menudo denigrada el lugar que le corresponde dentro del sistema educativo y los medios para que sus profesores alcancen su objetivo. En los clubes, vínculos esenciales en la cohesión territorial, las actividades físicas y deportivas son una palanca imprescindible para transmitir los valores de la convivencia. Relanzando la creación de empleos subvencionados para las asociaciones, (re)haremos del deporte una herramienta de educación popular.

Lea también la entrevista a Lilian Thuram (2023): Artículo reservado para nuestros suscriptores. Lilian Thuram: “Frente al racismo, los presidentes de clubes, entrenadores y jugadores tienen una responsabilidad, ser neutral es ser cómplice”

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Nuestro deporte popular es vector de salud y bienestar. “Abrir un estadio es cerrar un hospital”, dijo Leo Lagrange. Si fue un precursor en muchos aspectos, la amenaza que hoy suponen para nuestra sociedad la inactividad física y el sedentarismo es una confirmación más de ello.

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