Conocido por sus propiedades eufóricas, el óxido nitroso, a menudo llamado “gas de la risa”, es objeto de una preocupante desviación de su uso médico. Este gas, utilizado inicialmente en anestesia u odontología, ahora se consume con fines recreativos, especialmente entre los jóvenes.
Desde el primer uso, los efectos secundarios pueden ser graves: asfixia, pérdida del conocimiento o quemaduras por manipulación inadecuada. El consumo repetido expone a complicaciones mucho más graves, como trastornos neurológicos, daños hematológicos o adicciones. Más allá de los peligros para la salud, este fenómeno plantea también problemas de saneamiento urbano, con la proliferación de cartuchos vacíos, y de paz pública.
Ante esta alarmante situación, la ciudad de Lyon ha decidido tomar medidas firmes. Mohamed Chihi, teniente de alcalde encargado de la seguridad, firmó una orden el 25 de noviembre de 2024 que prohíbe la venta, posesión y uso de cartuchos de óxido nitroso en los espacios públicos. Esta prohibición tiene como objetivo proteger la salud de los residentes y al mismo tiempo garantizar un entorno de vida más pacífico.
Los servicios de la Metrópolis de Lyon recogieron más de 7 toneladas de botellas vacías en 2023. Esta cifra pone de relieve la magnitud del problema. Una encuesta nacional también muestra que el 11,7% de los jóvenes de 15 a 24 años ya han consumido este gas, cifra que aumenta constantemente.
Sin embargo, la prohibición es sólo una parte de la respuesta municipal. La prevención desempeña un papel central en este enfoque. En colaboración con los Hospices Civils de Lyon, se ha creado un innovador sistema de teleconsulta dedicado a los usuarios de óxido nitroso. Además, se distribuye ampliamente un folleto informativo coproducido con la Agencia Regional de Salud y el Centro de Vigilancia de las Adicciones para sensibilizar a los jóvenes.
En 2023, se recogieron más de 7 toneladas de cartuchos vacíos de óxido nitroso en la ciudad de Lyon y 25 toneladas en toda la metrópoli. Las infracciones de este decreto se sancionarán con una multa de 150 euros.
Al combinar prohibición y prevención, la ciudad de Lyon muestra su determinación de actuar contra esta lacra. Cualquier infractor ahora enfrenta sanciones legales, mientras que se ofrecen herramientas de apoyo para reducir los riesgos asociados con esta peligrosa práctica.