El barco es particularmente eficiente, el patrón de La Rochelle lo maneja bien y lo hace ir más rápido que los demás competidores, hace malabarismos con el anticiclón de Santa Elena y llega a Ciudad del Cabo, final de la primera etapa, con cinco días. por delante del segundo, el estadounidense Steve Pettengill, y casi una semana por delante del campeón defensor, Christophe Auguin.
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Las desgracias siguen viniendo
La segunda etapa se lanza el sábado 26 de noviembre en Ciudad del Cabo. Desgraciadamente, lo que siguió fue una sucesión de daños que se convirtieron en una pesadilla y casi terminan en tragedia. La carrera de Isabelle Autissier, que comenzó muy rápidamente y en cabeza, tuvo un final abrupto el 2 de diciembre a las 8:10 horas, frente a la costa de las Islas Príncipe Eduardo. Un tensor roto al pie de un obenque provocó la caída del mástil y el aparejo. Sin admitir la derrota, improvisó un aparejo para llegar a las islas Kerguelen. Con la ayuda del equipo de la base científica de Port-aux-Français, logró instalar un mástil temporal con la esperanza de llegar a Sydney a tiempo para el inicio de la tercera etapa.
Un rescate peligroso
El destino persistió y el 28 de diciembre, a casi 1.000 millas al sur de Australia, en la ruta del Roaring 40s, su barco quedó atrapado en una tormenta, con vientos superiores a los 70 nudos, una enorme ola pulverizó el mástil, arrancó el techo y lo llenó. Écureuil Poitou-Charentes 2” con agua helada. Isabelle Autissier tendrá que esperar tres días, en condiciones extremas, hasta que la marina australiana intervenga para salvarla. Los elementos furiosos dificultaron mucho el rescate.
Este percance no alteró su gusto por la navegación; participó en otras regatas en los años siguientes.
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