(París) Los hutíes de Yemen luchan en Ucrania junto a Rusia a través de una empresa dedicada al tráfico de armas, según una ONG de investigación suiza, que confirma estrechos contactos entre los rebeldes y el Kremlin.
Publicado a las 6:57 a. m.
Washington acusa desde hace meses a Moscú de querer suministrar armas a los hutíes yemeníes, rebeldes aliados de Irán que perturban el comercio internacional desde hace un año atacando barcos en el Mar Rojo.
Moscú y Teherán, unidos en particular por su enemistad hacia Washington, se han acercado considerablemente de facto.
Según Lou Osborn, de la ONG suiza Inpact (“Investigaciones con impacto”), los contratos entre estos mercenarios, a menudo sin dinero, y el ejército ruso pasan por una empresa con sede en el sultanato de Omán vinculada a Abdul-Wali Abdo Hassan Al-Jabri. un parlamentario yemení que se puso del lado de los hutíes.
“Está implicado en el comercio de armas entre Rusia y los hutíes”, aseguró a la AFP el miércoles, corroborando una investigación del Financial Times de este fin de semana.
Contactados por la AFP el martes, los hutíes no respondieron.
“No tenemos pruebas”, señaló un diplomático ucraniano que pidió el anonimato, considerando que los rusos “no tienen límites”.
Durante meses, los rebeldes han atacado barcos comerciales que creen que están vinculados a Israel, Estados Unidos o el Reino Unido. Dicen que actúan en solidaridad con los palestinos de la Franja de Gaza, en el contexto de la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás.
En enero, una delegación oficial hutí visitó Moscú para discutir la “necesidad de intensificar los esfuerzos para presionar” a Estados Unidos e Israel para que pusieran fin a la guerra en la Franja de Gaza, según un portavoz rebelde.
Este último, Mohammed Abdelsalam, precisó el día X que su delegación fue recibida por el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Mijaíl Bogdanov.
En septiembre, Estados Unidos acusó a Moscú de discutir transferencias de armas con quienes ahora controlan una gran parte del territorio yemení, al final de una guerra civil que dura más de diez años.
Según Lou Osborn, “algunos combatientes son reclutados en Ammán, Jordania, mientras trabajan en restaurantes” y no tienen experiencia militar real.
“Les prometemos 10.000 dólares inicialmente y luego 2.500 dólares al mes. Pero cuando llegan, son recibidos por el ejército ruso y les pagan 260 dólares al mes”, dice, refiriéndose a unos cientos de personas.
Los combatientes transitan por el Sultanato de Omán antes de ser enviados a Rusia. Inpact no tuvo el martes más información sobre su posible entrenamiento antes de ser enviado al frente y sobre la gestión de la traducción de idiomas.